En 1983 la Santa Sede publicó un documento llamado “Carta de los derechos de la familia”, dirigida a gobiernos, instituciones y familias con el fin de ofrecerles una referencia para las leyes y políticas sobre este tema. El documento presenta primero algunas consideraciones que sirven de preámbulo, donde señala que los derechos de la persona tienen una dimensión social que se expresa en la familia. Después se proponen propiamente los derechos, de los que aquí consigno solamente la propuesta principal, pues en el texto contienen algunos incisos:
“1. Todas las personas tienen el derecho de elegir libremente su estado de vida y por tanto derecho a contraer matrimonio y establecer una familia o a permanecer célibes.
2. El matrimonio no puede ser contraído sin el libre y pleno consentimiento de los esposos debidamente expresado.
3. Los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y decidir sobre el intervalo entre los nacimientos y el número de hijos a procrear.
4. La vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción.
5. Por el hecho de haber dado la vida a sus hijos, los padres tienen el derecho originario, primario e inalienable de educarlos.
6. La familia tiene el derecho de existir y progresar como familia.
7. Cada familia tiene el derecho de vivir libremente su propia vida religiosa en el hogar, bajo la dirección de los padres, así como el derecho de profesar públicamente su fe y propagarla.
8. La familia tiene el derecho de ejercer su función social y política en la construcción de la sociedad.
9. Las familias tienen el derecho de poder contar con una adecuada política familiar por parte de las autoridades públicas en el terreno jurídico, económico, social y fiscal, sin discriminación alguna.
10. Las familias tienen derecho a un orden social y económico en el que la organización del trabajo permita a sus miembros vivir juntos, y que no sea obstáculo para la unidad, bienestar, salud y estabilidad de la familia, ofreciendo también la posibilidad de un sano esparcimiento.
11. La familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar, y proporcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia y de la comunidad.
12. Las familias de emigrantes tienen derecho a la misma protección que se da a las otras familias.”
Siempre será importante el tema de la familia y tal vez en varios de sus aspectos ha sido dejado de lado en las propuestas sociales y políticas. Conviene volver sobre el mismo si deseamos que nuestra sociedad se edifique sobre bases sólidas.