Uno de los efectos negativos en el sector educativo por el confinamiento de 17 meses es el deterioro de escuelas por la ausencia de mantenimiento en ese tiempo. Tenerlas en las condiciones que se necesitan es todo un reto para Tamaulipas.
El Gobierno del estado anunció que dispondrá de una bolsa de recursos propios del orden de los 150 millones de pesos. Dinero que se sacó de aquí, de allá y de varios lados, que no son otra cosa que ahorros o ajustes al gasto de varias dependencias.
También subrayó que en el remozamiento de planteles escolares para el ciclo 2021-2022 a empezar el 30 de agosto, se hará sin ayuda extra del gobierno federal.
La situación de las escuelas públicas tras casi medio año de no utilizarse es la que todos se imaginan: descuidadas, otras más con deterioro y en algunos casos con daños para ser saqueadas.
Un informe del sindicato de maestros indica que en todo Tamaulipas hay 330 escuelas que fueron vandalizadas, contadas son las que fue porque se puede, ante la falta de vigilancia, pero son la mayoría las que fueron robadas, también porque los ladrones tienen todo el tiempo que necesitan para hacerlo.
El colmo: en Tampico, una escuela que está a unos metros del cuartel militar, ¡fue robada! Junto a otras cuatro de nivel básico, según un reporte de la representación de la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) en la ciudad.
Pero el secreto más guardado, casi casi como la fórmula del refresco de cola más popular del mundo, es el diagnóstico de la situación que guardan las escuelas públicas.
Es evidente que los planteles educativos están descuidados tras la larga cuarentena en la que entró personal educativo y alumnos.
Lo que está también demostrado es el papel importantísimo que tienen los padres de familia en el funcionamiento de las escuelas. Son ellos los que se encargan del desmonte, limpieza y aseguramiento de los bienes de valor de las instalaciones.
Tamaulipas pasó a semáforo rojo, lo que aplaza más un posible retorno a clases presenciales. _
