Política

El Boomerang de Ebrard

Tuve la oportunidad de asistir a una reunión legislativa con nuestro secretario de Economía, Marcelo Ebrard, donde tuvimos la fortuna de disfrutar de una conferencia magistral de su parte sobre sus reflexiones sobre la situación de México en el nuevo orden comercial que le llama de “desventajas comparativas”.

Históricamente, el Secretario Ebrard es quizás el mejor mexicano con el que contamos para llevarnos a mejor puerto en estas difíciles negociaciones con el gobierno de Estados Unidos. Es importante señalar esto para enfatizar el hecho de que este economista pertenece, como yo, a la generación de la globalización como el instrumento de política económica que vino a tratar de resolver todos los problemas de México, a través de nuestra apertura de mercados. Es esta formación la que otorga a Ebrard la capacidad de utilizar los resultados de la globalización para contrarrestar el fenómeno contrario que está siendo liderado por Trump, la política de la desventaja comparativa como le llama Ebrard, haciendo contraste con la que la precedió, la de ventaja comparativa, como instrumento que rige los mercados comerciales. A través de su obligada plática con el United States Trade Representative, en defensa de nuestra competitividad, Ebrard advierte de esta nueva corriente, donde se trata, a través de Tarifas, de hacer desventajoso comercialmente a todo país con el que Estados Unidos tiene un déficit comercial, notablemente China

Concentrado en combatir esta imposición de Estados Unidos hacia México, el secretario Ebrard se ha vuelto especialista ,en primer lugar, en desarrollar un temple argumentario que le permite combatir la nueva política, para el caso de México. Al hacerlo, nos hace notar que una de nuestras mejores armas es el hecho de que Estados Unidos se ha convertido en un país dependiente de sus importaciones de México, notablemente, los automóviles, producto mexicano que, nota, le otorga ventaja comparativa a Estados Unidos en esa industria, con respecto al resto del mundo. “Quién lo diría”, reflexiona Ebrard; “en nuestra época de globalización nuestra ventaja comparativa eran puras materias primas”. Por lo que, observa: “muy poca gente se da cuenta que México es ya el país 17 en complejidad económica, solamente 2 lugares debajo de Estados Unidos”. “Producimos cerca del 70 por ciento de las manufacturas de todo Latino América”. O sea, son esas “ventajas comparativas” de México, las causantes de que Estados Unidos se haya convertido en nuestro principal importador, dependiente de nosotros, las que Ebrard utiliza ahora para combatir la imposición de las “desventajas comparativas” que Estados Unidos intenta imponernos a través de tarifas. Es como si le dijéramos: “no te conviene hacerme desventajoso porque tu te harás desventajoso al hacerlo”. Este es “el boomerang de Ebrard”.

A pregunta expresa, Marcelo Ebrard nos hizo notar que ha evitado a toda costa aceptar intercambiar seguridad por libertad de comercio. No permite el tema en las mesas de negociaciones, siempre mandando temas de seguridad a la mesa correspondiente. Lo cual es algo qué agradecerle, en vista de la política de Trump de imponerle a los países medidas sobre temas no comerciales a cambio de acceso a su mercado.

Otro punto notorio en el discurso de Ebrard es su obsesión por lograr más allá de lo que ha alcanzado hasta hoy, acceso al 84 por ciento de nuestros productos, amparados por nuestro Tratado, porque el resto no cumple con el contenido nacional, al proceder de otros países algunos de los insumos utilizados en esos productos que exportamos. Es por eso que Ebrard advierte que el “nearshoring” está más fuerte que nunca a favor de México, porque los productores de insumos de ese 16 por ciento que no cumple, tendrán que venir a producirlos a México.

Otro objetivo de Ebrard es eliminar la discrecionalidad en el Tratado que ahora nos tiene en la actual coyuntura, y que todo quede escrito en nuevas reglas , a través de la revisión del TLC que tendrá lugar el próximo año. Y no es tarea menor, el poder desarmar la famosa Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), de 1977, que otorga al presidente de Estados Unidos la autoridad para bloquear transacciones económicas extranjeras en caso de una “emergencia nacional”, definida como se le dé la gana.

En conclusión, las nuevas generaciones de mexicanos tendrán que especializarse en un sistema de corrección de déficits del principal mercado del mundo, mediante la imposición de “desventajas comparativas”, al resto del mundo, donde México entra dentro del bloque norteamericano por conveniencia de EEUU en este nuevo orden. Las implicaciones de esto es seguir innovando en productos que le den ventajas competitivas a México Estados Unidos y Canadá como el huevo revuelto que ya no se puede des-revolver. Como corolario, el desarrollo del Plan México es indispensable para seguir fortaleciendo nuestras ventajas comparativas produciendo lo más que seamos capaces de producir dados nuestros recursos naturales, geolocalización, y capital humano. El contexto más global es una nueva guerra fría, donde México se inserta como un país del que Estados Unidos no puede prescindir, so pena de que se le revierta como un boomerang.


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Patricia Armendáriz
  • Patricia Armendáriz
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