La secretaria de Energía, Rocío Nahle, tuvo a bien invitarnos a los legisladores a conocer la refinería de Dos Bocas, en una especie de rendición de cuentas de lo que se ha hecho con el presupuesto autorizado por el Congreso para esa obra.
Más allá de las cifras, no puedo dejar de incluir anécdotas que le imprimen a la obra un toque especial. El Presidente, fiel a su política de austeridad, de manera muy coincidente con el sentido común, cuando se enteró de los miles de millones que cobraba un project mánager especializado en refinerías, se aventó la puntada de nombrar a la secretaria y a otros dos técnicos de Pemex los project managers.
Mujer ingeniera al fin, la secretaria se esmeró en la estética, el entorno humano amable, y el ahorro. Como resultado, contrastan con la robustez de los fierros y concretos de la refinería en sí los espejos de agua fresca, los pisos de piedra mexicana, los espacios para estudiantes que seguramente serán invitados permanentes de la monumental obra, y tres murales de artistas locales.
Pero también el liderazgo femenino tenaz se nota en los equipos de diferentes partes del mundo en los que se dividió el trabajo de instalación de la infraestructura refinadora del líquido. El trenzado, pues, de la estructura amable de la parte administrativa y el cuarto de control de lo femenino con lo masculino de la estructura intrincada del área de producción me hicieron casi olvidar los números para los que fui invitada.
La obra no se ha salido de presupuesto y ha sido construida en tiempo récord de menos de dos años. Dará trabajo permanente a más de mil especialistas y producirá 22 por ciento de las gasolinas que consumimos. El costo de oportunidad de “no exportar naranjas para importar jugo de naranja” que muchos especialistas cuestionan, es un elusivo número que juega el vaivén de los precios internacionales del crudo, que cuando están altos tal vez se cruzan los costos de oportunidad, para revertirse cuando esos precios están por los suelos.
Suficiente hallazgo para concentrarnos en el motivo principal de construir Dos Bocas: ser autosuficientes para poder incluir el valioso combustible dentro de los productos que, como la electricidad, son un bien básico al que tenemos derecho todos los mexicanos.
@PatyArmendariz
