La división de los universitarios de la UAP a finales de la década de los 90, con la abierta intervención del gobierno de Mariano Piña Olaya y de Manuel Bartlett Díaz en la SEP federal, acabó con el proyecto de la universidad democrática, crítica y popular, y de su sindicato.
La resistencia a la implementación del plan educativo neoliberal en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se concentró en la sobrevivencia de la organización gremial histórica: el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (Suntuap).
Acosado por las autoridades universitarias en turno, logró sobrevivir a la amenaza con la mutilación del contrato colectivo de trabajo. La existencia misma de ese sindicato en el primer lustro de 1990 contó con el respaldo de universitarios ligados al desaparecido Alfonso Vélez Pliego.
El cerco contra el Suntuap se extendió con la creación de dos sindicatos ligados a las autoridades universitarias sometidas al salinismo.
Ese grupo de universitarios y de nuevas agrupaciones gremiales obedecían a las políticas educativas neoliberales de la SEP federal, dictadas por Bartlett Díaz, quien las profundizó al darle Salinas la gubernatura del estado.
De esta manera se buscó por todos los medios el exterminio del Suntuap, el acoso y la persecución laboral de los afiliados a esa agrupación, muchos de ellos despedidos de manera injustificada por el simple hecho de ser miembros o simpatizantes de ese gremio.
El Suntuap se fundó en 1981 como parte de un proceso nacional del sindicalismo universitario de la época, para fusionar los gremios de académicos (Stauap) y trabajadores administrativos (Sutuap), que dieron luz al “sindicato unitario”: Suntuap.
Las administraciones universitarias sucesivas, posterior al golpe a la UAP en 1989 durante el gobierno de Piña Olaya y desde la SEP federal con Manuel Bartlett, emprendieron una “limpia” feroz contra los militantes y dirigentes del Suntuap.
Legalmente esta organización gremial existió hasta el año 2001, donde la estocada final fue la negativa del gobierno de reconocerlos como sindicato, después de 10 años de persecución y exterminio gubernamental, instalados en el poder universitario.
Adquiere significado la toma de nota del Suntuap por el gobierno federal, pero no significa estar de acuerdo con los vicios de una casta que se apropió para beneficio personal del sindicato.