Los comicios legislativos federales del 2015 no son del mandatario estatal Rafael Moreno Valle, las suyas serán las del 2016 de la “mini gubernatura” y la sucesión del 2018.
Las elecciones intermedias de julio del 2015 son del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y de las condiciones específicas de cada entidad donde el PRI tendrá que refrendar predominio, o reconstruirse.
Puebla estado es donde el PRI deberá reconstruirse y ser una apuesta viable para favorecer la ansiada mayoría de Peña Nieto en la Cámara de Diputados.
En la entidad poblana, principalmente la ciudad capital y distritos de la zona metropolitana, ni regalados los distritos gana el PRI porque el PAN no está tullido.
Los priistas tienen un año para medio levantar los ánimos del electorado a su favor porque en este momento como opción de partido e imagen presidencial están por los suelos en aceptación y popularidad.
No hay a la vista un priista poblano que logre reconstruir un partido que está hecho pedazos por los yerros de Ivonne Ortega, Pablo Fernández y Fernando Peña.
Me confió un prominente militante priista que sólo la figura de un “delegado presidente” nombrado por el CEN podría revivir al moribundo partido, y esa responsabilidad podría recaer en un exgobernador –no poblano- respetable y experimentado.
Pero hay más. Alguien en el gobierno federal debería meter orden en las delegaciones federales porque nadie mueve un dedo a favor de las políticas presidenciales, prevalece el chambismo.
La imagen presidencial entre los poblanos no es un asunto menor, la popularidad y aceptación de Enrique Peña están por los suelos, muy por debajo de Rafael Moreno Valle e incluso superado por Eduardo Rivera.
El PRI y Peña Nieto, por sí solos, no son marcas ganadoras para las elecciones federales; y los priistas poblanos son un verdadero lastre.
Con la reaparición del exgobernador Mario Marín Torres y lo que implica para el PRI el 2015, el tricolor deberá enfrentar el fantasma del voto amarillo que le ganó la plaza en la elección Presidencial de 2012 y pueden repetir la hazaña con Morena, convertido en partido político.
PRI y EPN, malas marcas en 2015 una elección tersa
- Nada personal
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Pablo Ruiz Meza
Puebla /