La política a la mexicana da pena o risa, en buena medida por el uso de la justicia con motivaciones políticas.
Cada fin de sexenio empieza la decadencia y el desastre de los gobiernos, ocurrió en el gobierno de Luis Echeverría con la remoción de Alfonso (“Halconso”) Martínez Domínguez y Rogelio Flores Curiel, como regente de la ciudad y Jefe de la Policía, por la represión del “Jueves de Corpus”.
En el gobierno de José López Portillo, el villano fue Jorge Díaz Serrano, entonces Director de Pemex, acusado de fraude en la compra de una flotilla de barcos gaseros; Díaz Serrano fue desaforado y encarcelado.
Al final del sexenio de Miguel de la Madrid y el arribo de Carlos Salinas de Gortari, ocurrió “El Quinazo” con la detención de Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y otros líderes. Años después obtuvo su libertad, destronado.
Ya en pleno sexenio salinista, le siguió el desmantelamiento de “Vanguardia Revolucionaria” de Carlos Jonguitud Barrios, líder vitalicio del SNTE; impuso en su lugar a Elba Esther Gordillo.
El caso más escandaloso ocurrió al final del gobierno de Carlos Salinas, con el encarcelamiento de Raúl Salinas de Gortari, acusado de actos de corrupción por el entrante de Ernesto Zedillo.
El ex presidente Carlos Salinas se atrincheró en una casa pobre en la Colonia San Bernabé-Solidaridad, de Monterrey, con una “huelga de hambre”; solo tomó agua embotellada “Evian”.
El llamado “hermano incómodo” Raúl Salinas salió libre en el sexenio panista de Vicente Fox (el de “Amigos de Fox” y las “Toallasgate”), exonerado por la justicia; logró recuperar bienes, dinero e inversiones.
Llegó el sexenio de Enrique Peña Nieto con la detención de la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, presa por cinco años.
Le siguieron los escándalos de los “gobernadores” acusados de actos de corrupción, delincuencia organizada y lavado de dinero; el caso más ilustrativo, Javier Duarte.
Pues qué cree, se repite la historia: Elba Esther Gordillo, invierte su capital político desde prisión en apoyo de Andrés Manuel López Obrador y, “casualmente”, obtiene su libertad cuando AMLO recibe la constancia como Presidente Electo. Quien “sale” (del exilio) también, Napoleón Gómez Urrutia.
De los gobernadores “corruptos”, el más pillo, el veracruzano Javier Duarte, tiene un pie fuera de prisión, acicateado por el triunfo de Morena en la presidencia y de Cuitláhuac García, en Veracruz.
Los involucrados en los escándalos Odebrecht, la “estafa maestra” y la “casa blanca”, serán los que entran, o ya obtuvieron la “amnistía” y el “perdón”, son preguntas.
Los que salen ¿quiénes entran?
- Nada personal
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Pablo Ruiz Meza
Ciudad de México /