Tan rolleros que son los morenistas de la presunta “izquierda”, que no se les puede creer la desatinada decisión en la Cámara de Diputados de eliminar diez minutos e imponer cinco en el tiempo de las intervenciones de los senadores en tribuna.
Viniendo la decisión de la mesa directiva dominada por el Partido Morena, del Partido-Gobierno de la “cuarta transformación”, calificada por los partidos de oposición como “ley mordaza”, francamente es altamente decepcionante y cuestionable.
Altera la medida en la Cámara Alta porque afecta el debate parlamentario y acota la libre manifestación de las ideas, por incomodas que resulten para el nuevo gobierno, acostumbrados a escuchar una sola voz a la que le deben obediencia absoluta, como en la dictaduras.
Y es que para este gobierno entrante todo está correcto, solo sí es como ellos lo quieren o justifican.
Por ejemplo, en la resolución del Tribunal Electoral federal del voto por voto en el recuento de la elección a gobernador, para el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, los diputados federales y locales, así como el ex candidato, no sirve, y piden la “nulidad” de la elección.
El presidente electo en campaña de agradecimiento del voto vuelve a mandar al diablo a las instituciones, se erige en tribunal y sentencia la elección de Puebla como “manchada por la compra de votos”, sin más prueba que sus dichos, porque no impugnó Morena por la “compra de votos”.
Pero si está muy agradecido el presidente electo, sus legisladores y Morena de que el TEPJF revocará llanamente la multa por captar dinero y utilizarlos en un fideicomiso para damnificados por el sismo, entregados en plena campaña, documentado, pero entonces hicieron mutis.
A la aseveración de la “compra de votos” debe acompañarle la aportación de pruebas, lo demás es simple perversión de la política.
Resulta ominosa la “cuarta transformación” que solo en su debut huele a una mejorada “dictadura perfecta”.
La “Ley mordaza” de la “cuarta transformación”
- Nada personal
-
-
Pablo Ruiz Meza
Ciudad de México /