Tulcingo del Valle, en la Mixteca poblana, así como Tecamachalco y Acaztingo, en el “triángulo rojo”, fueron el escenario de actos violentos ligados a la delincuencia. Los tres casos son graves por la violencia con la que se cometieron homicidios dolosos por presuntos grupos delictivos.
Un puente vacacional largo donde los temas de inseguridad pública se imponen porque no solo está fuera de control, sino también porque las autoridades siguen desdeñosas, o en el peor de los casos, minimizan los hechos.
El mayor impacto social, por tratarse de la fuerza pública y un gobierno municipal, es lo ocurrido en Tulcingo del Valle. La situación de violencia obligó al presidente municipal a informar que todos los policías preventivos renunciaban al cargo, luego del crimen de quien fuera comandante, mismo que fue encontrado “embolsado”.
Un pueblo como Tulcingo del Valle en la indefensión y un presidente municipal vulnerable, sin la presencia de fuerzas estatales y federales, es la realidad que se impone en ese municipio mixteco.
Un ambiente similar persiste en Tecamachalco, ahora en la junta auxiliar de Santa Rosa, donde son comunes las balaceras y los homicidios dolosos.
En ese lugar fueron hallados dos hombres asesinados y tres vehículos de carga incendiados, en un “triángulo rojo” impenetrable porque se ha convertido en un territorio vedado para las fuerzas del orden.
En la misma zona, en Acatzingo, en un presunto ajuste de cuentas, un grupo de sujetos armados y encapuchados privaron de la libertad a un sujeto, mismo que apareció sin vida.
Estos escenarios se repiten en la entidad, en cualquier punto del territorio poblano, con mayor gravedad en las zonas rojas del mapa delictivo y pareciera una tragedia corriente y cotidiana.
El acumulado de homicidios dolosos no debería ser solo para las estadísticas, pues si la incidencia es menor en un mes se presume como un “logro”, pero el problema persiste y se agudiza.
La coordinación entre los tres niveles de gobierno y la instalación de una mesa con los sectores de la sociedad siguen vigentes como urgencia para la seguridad de los poblanos.
Seguramente habrá resultados muy pronto en el estado, porque la estrategia federal sin pies ni cabeza no ofrece esperanzas.