Si usted es de los que tiene la oportunidad de disfrutar de las vacaciones o dedicarse religiosamente a la Semana Santa, aprovéchelo, de acuerdo a su convicción y decisión.
Este periodo en lo particular de "vacaciones" se extiende por dos semanas, particularmente para el sistema educativo público y privado, retornando el lunes 4 de abril.
Si permanece en la ciudad, visite un destino de playa o viaje a algún sitio de la entidad, a otros estados o el extranjero, más le vale recuperarse bien en todos los sentidos.
Cuando se normalicen las actividades el primer día hábil de abril se encontrará a su regreso con que ya empezaron las campañas electorales.
Antes, el 23 de marzo, sabremos qué aspirantes a candidaturas independientes cumplieron los requisitos para figurar en la boletas el 5 de junio, y si de última hora sorprenden con un cambio de candidato o de plano le niegan el registro a alguien.
El asunto es que este año político en 12 entidades, incluido obviamente el estado, habrá elecciones locales de gobernador, y en varios casos renovarán los congresos locales y ayuntamientos, como ocurrirá en el estado de Hidalgo.
En el caso de Puebla habrá una elección únicamente y por una sola vez en la historia política y electoral del estado, de gobernador.
Por ser una elección suigéneris se hace más interesante en la medida que toda la atención se concentra en un solo cargo de elección popular, con la novedad de que posiblemente incursione un candidato "independiente".
Se trata además de la entrada en escena del Partido Morena, producto de la escisión de la izquierda electoral agrupada en el PRD, que seguramente dividirá sus votos, con perredismo muy debilitado.
Retornando de las vacaciones, a partir del 3 de abril se conocerá de qué tamaño será la ambición del PRI-PVEM de retornar a la gubernatura, y la fortaleza de un partido como el PAN y sus aliados para confirmarse como una alianza electoral exitosa que empezó en 2010.
Sólo esperemos que la contienda electoral sea de altura política y democrática, porque de otra manera prolongarían un viacrucis innecesario para la salud de la política poblana.