Si en estricto rigor Morena aplica la famosa encuesta para elegir candidato a la alcaldía poblana, por lo menos en aprobación, Claudia Rivera no tendría la mínima posibilidad de ser la candidata para reelegirse.
La empresa Mitofsky hizo parte de esa tarea de evaluación en la encuesta 2020 del ranking de alcaldes de México.
Levantada en diciembre pasado entre 100 alcaldes evaluados, Rivera Vivanco alcanzó una aprobación baja de 24.1%, ubicándose en la posición 97.
Con estos datos del ranking de la empresa Mitofsky, Claudia Rivera, su jefe de campaña y su círculo de colaboradores, no tuvo empacho en montar una "entrevista" a modo, a cargo del erario, para anunciar su participación en el proceso interno de Morena para ser nominada.
Rivera empieza con el pie izquierdo su carrera interpartidista para reelegirse, en la medida que los resultados de su gestión no le ayudan, porque son negativos.
Justo el día de su desaseado "destape" con el uso de recursos públicos, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), elaborada por el Inegi, señaló que 82.2 por ciento de los habitantes de la ciudad que gobierna la considera insegura para vivir; la percepción de inseguridad aumentó puntos.
Con una ciudad abandonada y hecha pedazos, entregada al comercio ambulante, a las bandas de tratantes y grupos delictivos dedicados al narcomeudeo, con una creciente inseguridad pública, es entendible la desaprobación ciudadana.
La alcaldesa, durante el desafortunado "autodestape", se autodefine también como una gobernante y candidata de la "sociedad civil" y de "izquierda.
Sin embargo, lo que se observó fue a una aspirante a reelegirse en solitario, ella y sus aspiraciones de poder, sin el acompañamiento de la "sociedad civil" ni de los liderazgos de "izquierda" que presume.
Qué candidata de "izquierda" echa mano del nepotismo para hacer de la política partidista un asunto de negocio familiar porque impulsa a sus familiares, Mayte y David Rivera, para figurar como aspirantes a una diputación federal, donde también anotó al séquito de secretarios del gabinete.
En esta situación desastrosa, el jefe de campaña de Claudia Rivera y su círculo cercano tiene una candidata muy cuesta arriba, por lo menos en el proceso interno de Morena, partido que bien puede tomar una decisión suicida para los comicios del 6 de junio.
