De no ocurrir la tragedia del 31 de octubre con la explosión de la toma clandestina de un ducto de Pemex en San Pablo Xochimehuacan, los delincuentes seguirían impunes.
José Agustín N., conocido como el jefe de Ricardo “N”, El Callo, junto con otros cuatro cómplices, seguirían pinchando los ductos para la ordeña con tomas clandestinas en su territorio bajo control.
Fue la explosión de la madrugada del 31 de octubre la que cobró la vida de cinco habitantes y lesionó a muchos más; además, provocó daños severos a las viviendas y puso a trabajar a los agentes investigadores de la Fiscalía General del Estado.
Los seis detenidos hasta la fecha son simples operadores de una célula delictiva, porque la red de la delincuencia es mayor y los capos están a buen resguardo, gozando de los abrazos de la estrategia contra la inseguridad pública.
La presión social y cuidar la imagen de los gobiernos obligó a las policías investigadoras a dar con ellos y arrestarlos, pero de no ocurrir la tragedia estarían impunes como lo están otras bandas huachicoleras o huachigaseras en diversas regiones del estado y el país.
Testimonios periodísticos y hechos policiacos ligados a homicidios dolosos, delitos del fuero común y federales de alto impacto, han ubicado la demarcación de Xochimehuacan como un "foco rojo" por la alta incidencia delictiva.
Células de la delincuencia organizada gozaron de toda impunidad porque el gobierno de Morena, como el municipal de Claudia Rivera Vivanco, nunca los tocó, mientras que el estatal y federal acataron la línea de los “abrazos, no los balazos con los delincuentes”.
Los resultados de esa estrategia "de los abrazos" la pagaron personas inocentes que perdieron la vida y otros su patrimonio, por la explosión de la toma clandestina del ducto de Pemex en esa junta auxiliar, al norte de la ciudad capital.
¿Y las demás bandas huachicoleras del triángulo rojo, de Texmelucan, Amozoc, Tochiapan, Xicotepec...?
¿Cuántas tragedias más debe sufrir la población para que la fuerza del Estado se imponga contra el poder de la delincuencia? Es una pregunta que cuestiona el bla, bla, bla de la Cuarta Transformación que es puro rollo demagógico, por citar solo el caso del huachigas.
