Política

Una causade todos

El hambre es un vergonzoso flagelo universal. Según la Unicef, tan solo el año pasado murieron alrededor de 2 millones 800 mil niños por causas relacionadas con el hambre, lo cual significa que cada día fallecieron 7 mil 671 a un ritmo de 320 por hora y cinco por minuto. Si a eso sumamos los adultos mayores y mujeres que fallecieron durante o después del parto, la cifra crece de una manera tétricamente absurda porque la muerte a causa del hambre es evitable.

El mundo produce casi el triple de los alimentos requeridos por los más de 7 millones 979 mil 300 habitantes que pueblan la Tierra, de ahí que sea ridículo que, como refiere el Worldometer, 864 millones 240 mil 500 personas, día tras día, martillen su cabeza con un único pensamiento: comer. No exagero. Quien vive en pobreza alimentaria concentra toda su energía en tratar de llevarse algo a la boca.

Y aunque la concentración de pobres extremos se encuentra en muchos países de África, el sureste asiático y Centroamérica, en Nuevo León alrededor de 430 mil personas padecen hambre, es decir, el 7.4 por ciento, según cifras del Inegi.

Por fortuna este dato estimuló a varios sectores para ponerse manos a la obra. Desde noviembre de 2014, fecha en que se llevó a cabo el foro Estrategias para Erradicar la Pobreza Alimentaria y la firma de un compromiso interinstitucional para erradicar el hambre y el desperdicio de alimentos, universidades, empresas de distintos ramos, organizaciones de la sociedad civil –especialmente Cáritas de Monterrey– y ciudadanos comprometidos con la causa, han venido trabajando sin descanso en las distintas actividades que se desprenden del programa Hambre Cero Nuevo León.

Atinadamente, el programa abandera el lema una causa de todos, porque en la lucha contra el vergonzante flagelo del hambre, la cooperación solidaria vuelve realidad la abstracción de los ideales; si nos lo proponemos en un lapso de 20 años podemos erradicar el hambre en el mundo.

Con acciones tan simples como redondear en tiendas afiliadas al programa, comprar productos y platillos con causa, montar un minihuerto de traspatio y no desperdiciar alimentos en casa, podríamos dejar de ser meros espectadores del espectáculo más decadente, vergonzoso e indignante que podamos atestiguar: que la gente muera a causa del hambre.

Pablo Ayala
Google news logo
Síguenos en
Pablo Ayala Enríquez
  • Pablo Ayala Enríquez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.