Para los leales del Presidente López Obrador ya era indignante que la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral hubiera sesionado nuevamente el viernes pasado, por orden del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y determinado que sí incurrió en violencia política de género en contra de Xóchitl Gálvez, dado que en sus declaraciones “está invisibilizando la trayectoria de una mujer desde su origen, que pretende un liderazgo político por ella misma, no por los señores a los que se les dice oligarcas”.
Apenas pasó el fin de semana, el Presidente y su equipo encontraron la forma de tratar de revertir y descalificar el golpe dado por la autoridad electoral en favor de su hoy acérrima adversaria, argumentando que la determinación que tomaron los juzgadores se basó aparentemente en palabras que el mandatario nunca dijo, con lo cual aprovechó la revisión de sus dichos para arremeter nuevamente de manera implícita contra ella y su trayectoria.
Es muy probable que eso reavive los ánimos de sus simpatizantes, pero dudosamente entre lo argumentado en su intento de defensa y reproche, los dichos que reconoce como propios podrían considerarse menos violentos o descalificatorios. El propósito mediático tal vez se cumple, deja claro que no acepta culpa y da a pensar también que el líder supremo del morenismo, está dispuesto a seguir siendo la figura central de la próxima elección presidencial, artífice, estratega y símbolo con el cual extender la permanencia de la 4t en el poder, aunque la Ley y la agenda nacional requieran otra cosa.
Para la mala suerte del mandatario en el inicio de la semana, un juez de amparo concedió a Xóchitl Gálvez una suspensión provisional para que deje de referirse a ella y de exhibir su situación financiera o fiscal, a ver para qué le sirve eso.
En contraste, las ofensivas en su contra siguen ayudando a que mucha más gente perciba cada día que es la rival más inquietante desde el Frente por México que aspira a coordinar y con este choque frontal y continuo, está logrando generar interés entre los militantes del PRI, PAN y PRD, pero también sobre muchos que no simpatizan con el Presidente o que están abiertamente en su contra y hasta hace poco no digerían la idea de apoyar a los viejos partidos y sus personajes tradicionales. Agridulce sabor debe tener la hidalguense que no deja de mostrar buenos reflejos para contestar cada lance de sus adversarios.
En breve deberá darse a conocer quiénes de los aspirantes del Frente lograron cumplir con la meta de las 150 mil firmas de apoyo a su causa, extrañamente Xóchitl Gálvez deja ver cierto escepticismo sobre el número de firmas recabadas por algunos otras aspirantes y Jorge Luis Preciado da más nota que en toda su campaña, anunciando la renuncia a sus aspiraciones y también a su partido acusando que todo el proceso ha sido una farsa. Los organizadores tienen ahora la posibilidad de ganar credibilidad o echar a la basura lo que hubieran avanzado. ¿podrán con el paquete? Ojalá.
