El canciller Marcelo Ebrard fue el principal damnificado de la carta que el pasado jueves dirigió el gobierno mexicano al Parlamento Europeo, pues cualquiera de los escenarios en los que se dio el hecho, ya sea que tuviera o no conocimiento previo de lo que en ese documento se redactó, lastiman la figura de un posible presidenciable.
Son momentos de tomar decisiones difíciles, inteligentes y prácticas rumbo al 2024. El partido en el gobierno sabe que el tiempo se agotó para el presidente Andrés Manuel López Obrador y lo que queda es empezar a hacer la transición y tomar la mejor decisión respecto al candidato que quede.
A los ojos de todos parece que ya hay un/a candidato/a designado/a y después de la carta, la ruta a seguir dentro, respecto de una posible aspiración presidencial para Marcelo, tendría que ser alejándose de Morena.
Y la oposición tiene exactamente la misma lectura; saben que no hay candidatos en sus filas para dar la pelea a la aplanadora oficial, y ya se preparan para tirar anzuelos a esas figuras presentes en el gobierno que deberán desmarcarse para la carrera final.
Así se ha movido durante el presente sexenio Movimiento Ciudadano, cazando perfiles de valor, pero existen ya versiones confirmadas por cabezas albiazules que en el PAN se están preparando para caminar por esa ruta; más aún, si el candidato que abandere una coalición de fuerzas políticas y sociales contra los radicales de Morena fuera, precisamente, Marcelo Ebrard.
La posibilidad de un enfrentamiento entre las figuras ‘cuartotransformistas’ toma más forma si se considera que Ebrard no representa siquiera el plan B de López Obrador; cada vez queda más claro que, de no alcanzar a posicionarse el perfil de Claudia Sheinbaum, la apuesta para la continuidad será lanzar a Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación.
Ebrard deberá decidir si se alinea a los designios de AMLO, como lo hiciera en la elección de 2012, y empieza a hacerlo en todo lo que se refiere a la política exterior, o si se lanza al ruedo, en la que sería su última oportunidad. A diferencia de sus rivales, Marcelo ya tiene asegurada la candidatura. Aunque no sea con Morena.
Palabras clave
Pese o no pese, un dato. Ebrard es, como se sabe, el candidato preferido de esos muy poderosos políticos en el poder… que todavía no lo pueden decir abiertamente: los de Estados Unidos, sí.
Óscar Cedillo
@Conejocedillo