El comediante Pablo Morán abre su monólogo en el especial de comedia de Netflix “Zona rosa”, diciendo que de niño, a los únicos gays que podía ver en la televisión era a los personajes de Adrián Uribe y Omar Chaparro y que pensaba que seguramente él tendría que ser así y que todos los gays eran así. Y tiene toda la razón. Antes de todos los hombres gays que hoy podemos ver gracias a YouTube y los sistemas de sreaming (y contados esfuerzos de la televisión abierta), nuestra representación en la pantalla ella pobre e insultante.
La observación del comediante no solo me hizo pensar en los muchos personajes que cargaban con todos los estereotipos de la época y de los que afortunadamente con el tiempo nos hemos ido apropiando; hoy ser afeminados cada vez nos cuesta menos trabajo e incluso lo tomamos como una postura política. También pensé en todo el tiempo que tuvimos que soportar que los comediantes heterosexuales se burlaran de nosotros, cruzando la línea de la comedia y llegando a la profunda homofobia. Era también algo injusto que no hubiera comediantes gays que hicieran sátira de las muchas situaciones que pueden resultar cómicas en la vida de los heterosexuales.
Que miembros de mi comunidad como ManuNNa, Ana Julia Yeyé, Ray Contreras y Pablo Morán se rían de mi estilo de vida, y del suyo me encanta. Si quiero escuchar chistes de gays, es ahí donde los voy a buscar. Es más justo.