Brasil, con 123 millones de habitantes, es el país más católico del mundo. No es coincidencia que el especial de comedia “La primera tentación de Cristo” (no una serie, no una película como muchas personas y medios lo reportaron, seguramente sin saber de qué se trata) provenga de ese país. La productora Porta Dos Fundos, una de las más populares en la actualidad de contenidos digitales de humor, realizó esta producción para Netflix y el sistema de streaming con la valentía que lo caracteriza, decidió ponerlo en su catálogo ¿Consecuencia? Un ataque con bombas molotov a las afueras de Porta Dos Fundos en Sao Paulo, en plena nochebuena, peticiones en change.org para que Netflix retire el material de su plataforma e incluso la petición de una multa de dos millones de reales impulsada por Barbara Salomão, Ministerio Fiscal de Rio de Janeiro.
¿Cuál es el segundo país más católico del mundo? México. Toda esta situación ¿Les suena familiar? Un personaje conocido por muchas personas que en una manifestación artística podría o no ser gay, pero la simple posibilidad es suficiente para desatar la ira de personas ignorantes, violentas y homofóbicas ¡Claro que suena familiar! Nos acaba de ocurrir con Emiliano Zapata y “La revolución”, la pintura de Fabián Cháirez. El caso es exactamente el mismo: al exponer a Jesús como gay, se está denigrando su imagen, la a religión católica, a la creencia de millones de personas. Misma homofobia en una situación diferente.
¿Ya vieron “La primera tentación de Cristo”? El hecho de que Jesús sea gay es la menor irreverencia de esa producción respecto a diversos personajes de la religión católica. Incluso todos aquellos que la atacan (alerta de spoiler), deberían estar contentos, ya que el supuesto amante de Jesús (nunca se afirma que sean una pareja) resulta ser el mismísimo Lucifer y ahí sí, no hay queja alguna. Como tampoco hubo queja por los 175 casos de abusos, la mayoría de niños, por parte de los Legionarios de Cristo. Allá afuera sigue habiendo mucho odio en contra de la diversidad sexoafectiva, pero siempre es bueno contar con aliados como Netflix que no bajan la guardia. Yo no cancelaré Netflix.