Cultura

Para unos, Nuevo, para otros, no tanto

Mientras en algunos lugares del mundo asiático ayer iniciaron las celebraciones del Año Nuevo Chino bajo el símbolo del conejo de agua, en occidente y en México particularmente se cumplieron las tres primeras semanas del 2023, suficientes para hacer un primer corte y analizarnos cómo estamos.

Los que saben dicen que para los chinos la celebración del Año Nuevo, que suele durar un par de semanas, es de las más importantes de su calendario y está plagada de simbolismos que en esta ocasión refieren que será un tiempo de esperanza, marcado por las características del conejo de agua que son destreza, ingenio y prosperidad, por lo que para quienes hacen suyas esas creencias les deseamos días y meses de sabiduría que les conduzcan a alcanzar su mayor y más alto bien.

Para nosotros los mexicanos y quienes nos regimos por la designación de la era cristiana, este vigésimo tercer año del siglo XXI y del tercer milenio, que comenzó el domingo de hace tres semanas y que ya no es tan nuevo, es una buena ocasión para evaluar cómo ha sido el arranque en cada uno de nuestros ámbitos más importantes.

Existen evidencias de que tres semanas (21 días) es el tiempo en el que el cerebro comienza a adaptarse cuando existe una nueva programación en cualquier sentido, comenzándose a ver resultados concretos en las modificaciones intencionadas, mejor conocidas como cambio de hábitos o conductas.

En el caso de nuestros seguidores de @laalegriadevivirenplenitud, este lunes estamos comenzando nuestra tercera semana del proyecto “Año nuevo, nuevo yo” que incluye el llevar a la acción los 12 compromisos que cada uno hicimos con nosotros mismos en el ritual del 31 de diciembre pasado.

Aquí las preguntas: ¿ya le pusimos acción masiva a cada uno de nuestros compromisos? ¿estamos teniendo algún tipo de evaluación o retroalimentación semanal? ¿contamos con una guía o red de apoyo que nos pueda respaldar en nuestro programa? Y, por último, ¿estamos conscientes de que podemos tener fallas parciales que no significan abandonar sino tener un plan para continuar?

Responder estas preguntas nos dará dirección y nos confrontará con un golpe de realidad, lo que es precisamente la diferencia entre propósitos o buenos deseos que para estas alturas comienzan a ser abandonados por diversas causas y, transformaciones verdaderas comprometidas con nosotros mismos.

Como lo expresamos en un artículo anterior, el cambio de calendario es solo eso, un tema cíclico que por sí mismo no genera cambio alguno. El cambio y la transformación de una persona depende de su decisión de hacerlo, no de factores exógenos o del simple paso del tiempo. Todo comienza en el interior.

Es por ello que en lo particular nos gusta trabajar en el aquí y el ahora, siguiendo una estrategia, poniéndole acción y haciendo los ajustes necesarios cada día que vamos avanzando o retrocediendo en nuestros objetivos.

Incluso a quienes nos siguen y están acompañándonos en el proceso de 21 días del “nuevo yo” les diremos que cada día cuenta y que en cada momento podemos corregir, continuar o mejorar el rumbo y que, tras estas tres primeras semanas el proceso seguirá, un día a la vez, en el objetivo de conseguir nuestras mejores versiones, cualesquiera que sean los compromisos que hayamos trazado.

Mucho éxito en los objetivos, poco a poco se va lejos.

Por Omar Cervantes Rodríguez


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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