Si pudiera contar en cuantas publicaciones de redes sociales escuché ayer la entrañable canción de Timbiriche, “Hoy tengo que decirte papá”, sin duda sería la que más fue utilizada en las felicitaciones del Día del padre, lo cual, además del video de felicitación de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, me hace reflexionar y compartir en mi artículo semanal.
Decía la presidenta Sheinbaum, al felicitar a los padres, que es muy bueno pasar momentos con los hijos, con la familia y que siempre es importante para las hijas y los hijos dedicarles tiempo, que a veces se piensa que eso es tarea solo de las mamás.
Que frase tan cierta y tan propicia de lo que ahora se llaman nuevas masculinidades y que describen con detalle las actividades que hoy los hombres debemos realizar y que hace tiempo se pensaba que eran exclusivas de las mujeres.
El paso de las décadas, los cambios generacionales, la evolución de la cultura y una nueva reconfiguración social, en efecto hace que hoy los roles entre padre y madre sean más equitativos o al menos equilibrados.
Para la generación boomer y para la X, la figura del padre aún era la del proveedor y protector de la familia por naturaleza, con la obligación de trabajar y producir lo necesario para el hogar, mientras las madres cuidaban a los hijos y se dedicaban a las tareas domésticas.
Fuimos aquellos que nos acostumbramos a convivir con nuestro padre, una vez que tuviera tiempo libre de sus actividades productivas, muchas veces en lugares laborales diferentes a la residencia familiar, mientras nuestra madre nos criaba y nos acompañaba durante todo nuestro crecimiento y educación.
Esos hombres que cuando nos convertimos en padres quisimos pasar más tiempo con nuestros hijos, acompañarlos en sus juegos y torneos deportivos, en sus temas escolares y en todas aquellas actividades que a nosotros nos hubiera gustado compartir con papá.
Y a quienes también nos ha tocado la evolución de la equidad entre hombres y mujeres, por lo que crecimos normalizando la existencia de colegas profesionistas que nos enseñaron a compartir el tiempo con los hijos y las responsabilidades del hogar.
Por eso se me hizo muy asertivo el mensaje de felicitación de la primera mujer presidenta de México y, acompañado de muchas publicaciones musicalizadas con Timbiriche, pude recordar justo esos momentos cuando mis hijos eran pequeños y me invitaban a sus festivales para cantarnos “Hoy tengo que decirte papá”.
Por más niños y niñas que pasen tiempo de calidad con sus padres y por más padres que comprendan el auténtico valor de la paternidad.