Desde el año pasado he detectado una corriente de opinión, particularmente en algunos grupos religiosos y en otros de fanáticos, que establecen, en sus diferentes lenguajes, que estamos en el fin de los tiempos.
Algunos señalan incluso el libro del Apocalipsis (Revelaciones) de la Biblia como fuente para presumir y asumir que los tiempos del fin del mundo, como lo conocemos actualmente, están cerca.
Otros más bien paganos pero anunciándose con poderes de revelación o comúnmente conocidos como apocalípticos o falsos profetas, sin ningún fundamento bíblico llevan años anunciando el fin del mundo, la tercera guerra mundial y cualquier cantidad de escenarios catastróficos.
Aunque respeto todo tipo de credos y narrativas, reconociendo que incluso la Biblia tiene diversas interpretaciones, soy de los que piensan que nadie puede predecir el fin del mundo. ¿Será una guerra mundial? ¿Será la escasez de agua y el cambio climático? ¿Será una hambruna universal o una nueva pandemia? En mi devoción mi respuesta sería: ¡sólo Dios sabe!
“Tengan cuidado, que nadie los engañe, porque van a venir varios usando mi nombre y diciendo ‘yo soy el Cristo’ y engañarán a mucha gente. Ustedes oirán de guerras y noticias de guerras. Cuidado, no se alarmen, porque estas cosas sucederán pro todavía no es el fin. Porque peleará nación contra nación y reino contra reino y habrá hambre y terremotos en un lugar tras otro”, dice el libro de Mateo 24:4-7
“Aparecerán muchos falsos profetas que engañarán a mucha gente”, continua Mateo.
Este evangelio de Mateo igual que el libro de Apocalipsis, sumado a todas las noticias negativas que circulan con rapidez en el mundo digital, es en lo que algunos se “inspiran” para decir que es el fin de los tiempos.
Pero más adelante Mateo afirma que Jesús respondió a sus discípulos que “nadie sabe cuando será el fin del mundo (ni el propio Cristo), solamente lo sabe El”.
Coincido en que muchas de las “señales” como guerras, terremotos, avaricia, egoísmo, enfermedades, injusticias, hambre y muchas más, están presentes en nuestros días, pero, ¿qué acaso no lo han estado en toda la historia de la humanidad desde que fueron escritos los evangelios hasta la actualidad?
La diferencia es que antes no había redes digitales y medios de difusión que pintaran día a día escenarios llenos de catástrofes como hoy sucede.
Han habido guerras (dos mundiales por cierto), persecuciones a las religiones, desastres naturales, pandemias y muchas de las señales que Mateo describía y han sido repetitivas a lo largo de la historia.
¿Cuál es la diferencia entonces? ¿Por qué ahora sí? Y no es que como cristiano no me encantaría que fuera en mi tiempo la segunda venida del Señor o que no quisiera que el reino del cielo gobernara la tierra desde ya. Lo único que observo es que nadie puede presagiarlo o profetizarlo. Escrito está, solamente Dios.
Y me parece que no deberíamos esperar el fin del mundo para comportarnos como Jesús nos enseñó, para prepararnos y para hacer de nuestro mundo uno mejor cada día. Al fin de cuentas, nadie sabe cuando será el tiempo y lo único que tenemos es el día de hoy para hacer el bien y vivir en paz. Que así sea.