Es muy común en el consultorio, sobre todo en pacientes que apenas inician su proceso de desintoxicación y abstinencia, confundir lo que es una recaída de lo que es, sencillamente, no querer dejar de consumir su sustancia o conducta adictiva.
Cuando llegan conmigo consultantes, ya sea de adicciones, codependencia o incluso conductas obsesivo-compulsivas, con apenas algunas semanas o meses de estar en su proceso y comentan que recayeron, les explico lo que en realidad es una recaída o recidiva.
En adicciones solemos considerar que ya hay una recuperación continuada, cuando se cumple un año de abstinencia y solo después de entonces un eventual consumo puede entrar en la categoría de recaída.
Antes de ello, sencillamente se tuvo un periodo parcial de abstinencia y volver a consumir es seguir viviendo con la enfermedad activa.
“Apenas llevas un par de meses, estás comenzando tu proceso, así que lo tuyo no es una recaída, simplemente todavía no haces consciencia de enfermedad y por tanto sigues en actividad adictiva, pese al tiempo que llevabas sin consumir”, es mi respuesta a quienes me dicen que no han “podido” dejar de hacerlo.
Aprovecho sus posturas de que “no pueden” para confrontarles y susurrarles que en realidad no “han querido” dejar de vivir como siempre lo han hecho.
Por supuesto que en ocasiones se requiere ayuda farmacológica psiquiátrica, como también hay pacientes más graves que otros e incluso muchos de ellos con un trastorno dual que hace más complicado su proceso terapéutico, aunque la mayor parte de los casos en realidad es porque no han querido el cambio real que sus vidas necesitan.
Algunas de las razones por las que siguen igual son, porque su tratamiento lo están haciendo por quedar bien con alguien más o por librarse de algún problema secundario causado por su enfermedad, igual que las reservas de consumo conscientes o inconscientes que les hacen pensar que algún día podrán seguir haciéndolo sin perder el control y sin consecuencias.
Ese es justo el momento crítico para tomar una decisión firme, entre dejar a un lado completamente las reservas o seguir viviendo en la adicción o en la conducta destructiva, porque “no pueden dejarlo”.
Si bien es cierto que el proceso no es fácil y que puede haber resbalones, la realidad es que la disposición de hacerlo o no, es una elección completamente personal, que nadie más puede tomar por el enfermo y cuya responsabilidad es única y exclusivamente de quien lo padece.
Por eso en los grupos de 12 pasos dicen, “hazlo por ti”, “deja de hacerte la víctima”.
“¿Ya llenaste y quieres comenzar en realidad o quieres seguir experimentando y destruyendo tu vida?”, es la pregunta que suelo hacerles a quienes llegan con estos temas a la consulta.
La respuesta es tuya, cada quien es responsable de sus decisiones.