Recuerdo que en el 2019 me invitaron a dar unas pláticas en Brasil en la Universidad de Bello Horizonte, a través de una de sus mejores profesoras, Cristiane Keitel, quien me pidió también escribir un artículo para ser publicado en uno de sus tomos anuales sobre derecho internacional. Con gusto acepté y lo titulé ‘Perspectivas para América Latina en el 2020’. Cabe mencionar que lo escribí en octubre del 2019, por lo que como se imaginaran, no contaba con la llegada del covid-19, que cambió todo tipo de planes, proyectos y perspectivas que una pudiera tener sobre cualquier tema. Por eso y dado lo aprendido ese año, para este 2023 no me aventuro a hablar con tanta seguridad sobre perspectivas ni locales, ni regionales, ni internacionales y se quieren ir más lejos: ni siquiera personales.
Lo que sí les puedo decir es que va a ser un año difícil para México en términos de grilla política y electoral, y por ende en el tema social, pues somos los peones de ese tipo de juegos y estrategias maquiavélicas de los y las políticos que se empiezan a querer perfilar para dirigir la ciudad, el estado y por supuesto nuestro país. Se vienen épocas en donde la sociedad tiene que capitalizar las cosas malas y unir esfuerzos para entender y socializar con la ciudadanía toda aquella información que nos de luz y claridad con respecto a los mejores perfiles para ser administradores de nuestros recursos y tomar las decisiones cuidando los intereses ciudadanos. Exigir a los partidos, candidatos dignos de los diferentes puestos, exigir los mejores perfiles, los más aptos, los más decentes, merecemos decidir de entre lo mejor.
A nivel internacional, la guerra en Rusia no se ve que vaya a terminar pronto, por el contrario, al parecer se está volviendo un juego de resistencia entre los dos bloques que mantienen la disputa. Creo que ese es uno de los temas en los cuales hay que mantener interés pues, aunque en muchos sentidos es un conflicto “lejano a México”, en un mundo globalizado también nos pegan las consecuencias como el desabasto o en el peor de los casos el posible uso de armas nucleares o guerras biológicas.
La buena noticia es que si estás leyendo esto y yo escribiéndolo, quiere decir que logramos llegar a este nuevo año y que tanto en lo personal como a nivel comunidad podemos ser piezas clave para generar un cambio positivo en nuestro entorno. La esperanza nunca muere.
Nancy Fonseca ** Analista Política en Derecho Internacional
@SoyNancyFonseca