Política

Nicaragua, un país secuestrado

En América Latina no se ha sabido fortalecer a las instituciones encargadas de evitar el abuso de poder por parte de los gobernantes. Incluso la Organización de Estados Americanos con sede en Washington que sería la responsable en el continente de supervisar y hacer presión para que se fortalezcan los sistemas democráticos en América no ha sabido influenciar ni mediar de manera eficaz para evitar situaciones como las que viven actualmente Venezuela, Nicaragua y en diferente medida y con sus contraluces también El Salvador.

Si bien es cierto existe un principio de soberanía que limita a los organismos internacionales y a otras naciones a involucrarse directamente en el día a día de una nación en problemas, también es cierto que debemos ser agentes activos en cuanto a la denuncia internacional cuando desde fuera se observan violaciones reiteradas a los derechos humanos y derechos políticos de los ciudadanos cuyo gobierno está secuestrado por ideologías impulsadas por personas o familias que se aferran de manera enfermiza al poder como si fueran dueños absolutos de todo un país y el futuro de las personas que en él habitan. No podemos quedarnos callados ante situaciones como las que vive actualmente Nicaragua, un país con 7 millones de habitantes a quienes no se les están respetando sus garantías individuales y quienes están secuestrados por los pseudo gobernantes que se han ido perpetuando en el poder con el fin de evitar ser juzgados, seguir enriqueciéndose a costa de causar la pobreza de sus ciudadanos y por su renuencia a aceptar soltar el poder que los hace sentirse “superiores”, “importantes”, “los jefes” de lo que no es, nunca ha sido, ni será de ellos.

Encarcelando opositores a su régimen, desapareciendo activistas, amedrentando ciudadanos y últimamente también atacando a la Iglesia con el fin de robarle a su pueblo también la fe y esperanza que les queda.

Por eso escribo hoy sobre esto, no nos podemos quedar callados ante la desgracia de los países de la región. Pensé en platicarle sobre Taiwán pero la verdad es que la realidad que está más próxima a alcanzarnos es la de los países de la región que no han logrado tener instituciones fuertes, división de poderes y sociedades civiles organizadas que eviten que el poder que da la administración pública sea secuestrado. A los ciudadanos de países secuestrados como Nicaragua no les puede pasar lo del síndrome de Estocolmo en donde se enamoran e incluso llegan a ver como un héroe a su victimario, deben resistir hasta sacar del poder a los secuestradores y tener gobernantes que entiendan sobre democracia, sobre la forma en que deben llegar, que sepan administrar de manera transparente y correcta los recursos de la nación que confió en ellos y acepten el momento en que deben irse sin perder la cabeza aferrándose al poder.

A nosotros desde afuera nos toca hacer presión, informar, no quedarnos callados, denunciar, solidarizarnos con nuestros hermanos nicaragüenses y por ningún motivo permitir que algo así llegue a pasar en nuestra nación.

@SoyNancyFonseca

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Nancy Fonseca
  • Nancy Fonseca
  • Analista política en Derecho Internacional
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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