Todas las mujeres, estamos todas las mujeres, aquí, frente al tiovivo que da vueltas, frente a las sonrisas de los niños que giran, gritan y se emocionan.
Todas las mujeres, estamos aquí sosteniendo a todas las niñeces, sosteniendo todos los partos, sosteniendo todo puérperas, placentarias, hablando loba, hablando manada.
Todas las mujeres, estamos aquí todas, sosteniéndonos con las piernas bien hundidas en la hierba y las rodillas desgastadas de andar a cuatro patas en la grava.
Todas las mujeres, estamos aquí frente a sus colmillos, estamos aquí con las garras de fuera, todas las manadas, todas las melenas, todas las miradas feroces.
Todas las mujeres, nos alzamos como mareas, como tsunamis, como lava, como ríos de sangre, todas colmillos, todas garras, aullidos, pieles endurecidas y miradas fracturadas.
Todas-estamos-aquí. Paradas. Esperando. Caminando. Buscando. Desenterrando. Pariendocriando.
Lactando. Alimentando. Cocinando. Liberando. Corriendo. Huyendo. Resistiendo.
Estamos todas aquí. Todas cuerpo. Todas fuego. Todas sal. Estamos sin ti. Estamos contigo.
Con tus golpes, con tu hambre, con tu carencia, con tus andrajosas promesas. Caminamos sobre vidrios rotos pero no nos inmutamos. Sangramos y ya no nos detenemos. Lloramos, pero ya no nos volvemos río.
No te vamos a dejar pasar. No otra vez a costa de nuestros cuerpos. La ola no cesa, no baja, no se empequeñece.
El fango no deja avanzar, se hunden sus rodillas con botas de guerra, se hunden sus tanques, se hunden sus misiles en la tromba y el estruendo de los aguaceros tropicales.
Quemamos chile y se quedan ciegos. Colgamos a las crías al pecho, los enrebozamos y se los quitamos para siempre de los brazos que los asfixian.
No los vamos a dejar pasar, allá ustedes con sus guerras, con su sangre, con sus heridas expuestas.
Las mujeres estamos aquí entre sus escombros, entre su hambre, entre sus heridos de guerra y decimos BASTA. Somos la hidra de mil cabezas. Basta.
Somos todas Morganas. Basta. Somos todas Prometeas ya-no-más-encadenadas. BASTA. Somos todas esfinges, dragonas, felinas míticas.
No les dejaremos seguir tomando nuestra libertad, nuestra ternura, nuestros amores, nuestros hijos, nuestras vaginas, nuestro placer de rehén.
¿Ya viste lo que se alza sobre tu garganta?
Son las mujeres. Todas ellas.
