El mundo del deporte nunca ha estado ajeno a los acontecimientos sociales. Muchas veces parece frío, es verdad, pero siempre ha tenido un discurso en medio de la soberbia que aparenta. El asesinato de George Floyd ha conmocionado a gran parte de la humanidad y los deportistas profesionales también han externado su coraje. Uno de ellos fue Marcus Thuram, delantero del Borussia Mönchengladbach, quien después del segundo gol de su equipo, colocó su rodilla derecha en el césped y agachó la cabeza. Marcus es hijo de Lilian Thuram, ex futbolista, campeón del mundo con Francia, quien ha dedicado varios discursos y un par de libros (Mis estrellas negras y Por la igualdad) contra el racismo. Durante el entrenamiento de este lunes, los jugadores del Liverpool se unieron al colocarse en el centro del campo, formaron un círculo y pusieron una rodilla en el pasto. Muy al estilo de Colin Kaepernick, ex mariscal de los 49’s de San Francisco, quien lo hacía cada vez que se escuchaba el himno de su país como protesta contra los abusos raciales. Tristemente, los ideales de Kaepernick no fueron comunes al resto de la NFL, y según mencionó Joe Lockhart, quien fuera vicepresidente de comunicaciones de la NFL, los directivos de los equipos pensaron que “era un problema de imagen que ningún propietario estaba dispuesto a asumir parar poner el negocio en riesgo”. El tema político superó lo deportivo. En el pasado, otros casos similares al de Floyd indignaron al mundo, como el de Rodney King (1991) o el Eric Garner (2014), pero no bastó con el enojo del momento, porque la historia se repite.
Al final, muchos en el mundo se hacen la misma pregunta que LeBron James, estrella de los Lakers de los Ángeles de la NBA: “¿Por qué Estados Unidos no nos ama?”.
Twitter: @MINELLIATAYDE