Política

La comedia de los errores

Ojalá nos refiriéramos a la breve y divertidísima obra de Shakespeare, pero no. Se trata de una realidad en extremo preocupante que muy poco augura de bueno para este año. Y es que prácticamente todos los indicadores muestran que nuestros mejores deseos de año nuevo están por perder el agregado de “próspero”. Y es que el gobierno de la república insiste en los anteriores patrones, el del antecesor de la actual presidenta, sin que ésta, por lo que se ve, dé señal alguna de al menos ejercer su continuismo con cambios que denoten un afán por corregir errores, equivocaciones que costarán fondos incontables al erario. Hay muchos ejemplos ya. Empezando por el “menor”, que no lo es tanto, se disfrazó como se pudo, pero es evidente que el “rescate” de Mexicana de Aviación que promovió AMLO terminará siendo un gran fiasco. Se lanzaron muchas advertencias, pero de nada sirvieron. Se insistió y se fracasó. Ahora el error puede tener consecuencias peores. La pretensión del gobierno federal no es enmendar sino ahondar el error: adquirir docenas de aviones brasileños (lástima que no los venden en el súper ya que tardan años en surtir) para ir incorporándose paulatinamente ya que la “flota” actual es de ¡dos aeroplanos!

Pero luego viene la peor. Con el tiempo se ha apreciado que suspender la obra del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México resultó en uno de los errores más costosos de la pasada administración. Claro que ya no hay posibilidades de revertirlo y fueron a la basura para empezar algunos cientos de miles de millones de pesos que se perdieron en el espacio. Se pensaba que Mexicana podría cubrir en alguna medida la falta de vuelos del nuevo AIFA y, como se ve, no pasó. Ahora dicho aeródromo depende de líneas comerciales que le dan sustento y, lo más grave, no da visos de que en fecha cercana opere correctamente por la falta de un transporte eficiente (sería el tren suburbano) y las vías de acceso carretero. Todo, un error que esperamos a fin de cuentas se resuelva uno de estos años. Un error al que todavía se han de añadir muchos dígitos del gasto del gobierno.

Del tren Maya las condiciones son más de inquietar. Aun no podemos calificarlo de error, aunque quizá muchas de sus características, como el trazo y las rutas, por ejemplo, han hecho que simplemente ¡los turistas casi no lo usen! Es el caso del tramo entre el aeropuerto de Cancún y Playa del Carmen, que sería de esperar fuera de las más rentables. Quizá (hay una enorme secrecía y falta de información), andará ocupado dicho tren en un veinte por ciento y aún le faltan muchísimos millones que agregar para que se terminen, sólo Dios sabe cuántas obras faltantes. ¿Sería un error? Por lo pronto y sin el tren de carga, no tiene nada que parezca un éxito. Y ya ubicados en el Sureste, los otros errores saltan a la vista, como la refinería Dos Bocas, que apenas había generado algunos chisguetes de combustible, pero que ya volvió a detenerse. Lógico, necesita otra inyección de mucho dinero para terminarse. Así que, mientras, el gobierno cubano puede seguir disfrutando de crudo gratis, o casi.

Luego los errores se continúan. Con un Trump a la vista, se siguen entregando cartas de tránsito a migrantes de Centro y Sudamérica para que vayan tranquilamente a la frontera. Nadie parece parar las dichosas caravanas que enfurecen al próximo mandatario estadounidense. Y nos tocará absorber los elevados costos de las deportaciones masivas ya anunciadas. De la seguridad hay que abrir capítulo aparte. Por lo menos las cosas apuntan a que Omar García Harfuch mantiene una postura más congruente con lo que enfrenta. Nada de que “abrazos no balazos” sea norma. Sin embargo, el crimen sigue tan disparado como antes o quizá peor, aunque todos confiamos en que el grave error en la “estrategia” de López Obrador, vaya siendo atendido y cambiado. La otra línea preocupante es la de la economía, que también está en punto y aparte. Aquí un error grave es no manejarse con verdad. Hay como quien dice dos índices inflacionarios, el oficial y el real, no hay aumento en impuestos, pero sí los hay, sobre todo en el IEPS, etcétera. Los errores aquí, además, pueden llegar a ser catastróficos, como la amenaza de cambios en INFONAVIT, sobre todo ante una Hacienda pública desgastada de por sí con los programas sociales y sus otras prioridades.

Así que mejor, por precaución, no hay que desearle a nadie un “próspero año nuevo”. Al menos no, así como así. La Comedia de las Equivocaciones continúa. Lástima que no divierta a nadie como sí lo hace la obra de Shakespeare.


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Miguel Zárate Hernández
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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