Política

Guadalajara, conteo hacia el V Centenario

Más pronto de lo que se imagina cualquiera, Guadalajara se convertirá en una ciudad quinto-centenaria. No es algo trivial ni meramente cuestión de efemérides. Es, ante todo, una gran, una extraordinaria oportunidad de ver en 17 años más -que se pasan volando-, el hábitat común realmente convertido en lo que todos deseamos. Para los 483 años, la ocasión fue tomada con visión por la titular del gobierno municipal, Verónica Delgadillo García, a quien en distintas actividades conmemorativas le acompañó el gobernador Pablo Lemus. Ya para los habitantes del cuarto centenario, fue igualmente una verdadera fiesta que quedó marcada para siempre, por ejemplo, con la construcción de lo que es un ícono, los célebres Arcos de ingreso, junto con otras obras y acciones, entre ellas el mercado que ahora lleva el nombre del cuarto centenario. Fueron el presidente Manuel Avila Camacho y el alcalde Salvador Romo, quienes promovieron la celebración. Y eso que, en ese tiempo, México acababa de entrar en la guerra mundial contra los países del eje.

Hay que tomar en cuenta este antecedente histórico para advertir que, en aquel entonces, a Guadalajara le correspondió afrontar todo un reto para asegurarse un futuro. Nada sencillo en aquellos años y a poco menos de cumplirse otro siglo, las inquietudes no han terminado. La ciudad tiene ante sí desafíos inimaginables para aquellos tiempos. Pero todo indica que, al igual que nosotros, ya preocupaba el rumbo que tomaría el crecimiento, la atención a los servicios básicos, la movilidad y con toda probabilidad la seguridad y temas similares. Cierto que todavía no se venía encima la fusión con los municipios aledaños y hasta Zapopan y Tlaquepaque o Tonalá, eran más lejanos que “Los Colomitos” de Pepe Guízar, pero la suerte estaba echada y había que empezar por el camino de la modernidad.

Algunos lo advirtieron cuando empezó un proceso evolutivo que obligó materialmente a que otros gobernantes, como Jesús González Gallo, se decidieron a aplicar soluciones radicales en la zona centro, con nuevos trazados urbanos y obras colosales de apertura de calles, etcétera. Hoy, hay que reconocerlo, los problemas con mucho nos han rebasado. Se aprecia difícil, muy difícil recuperar condiciones de habitabilidad y sin embargo hay indicios de que afortunadamente algo importante se está haciendo. Ya convertida en área metropolitana, no nos queda sino ser capaces de afrontar lo que viene. Hubo varios mensajes importantes en la pasada fiesta de aniversario. Sin embargo, habría que tomar muy en cuenta que el gobernador Lemus se enorgullece llevar su administración por lo que en general llama “al estilo Jalisco”, y que en este caso es bastante congruente considerar que no es sino una intención fundamental para todos los ciudadanos: ante todo, preservar la identidad.

A Verónica Delgadillo le toca un momento especial ya que en sí misma representa el parteaguas en la vida del gobierno citadino: convertirse nada menos que en la primera presidenta municipal. Beatriz Hernández, aquella indomable mujer que prácticamente puso fin al peregrinar de los originarios fundadores, es un símbolo que a lo largo de las épocas es ejemplo que se entrega hasta hoy, a casi cinco centurias del heroico establecimiento de la cuarta y definitiva sede de lo que hoy es la capital de Jalisco.

La parte más relevante, entonces, es la reflexión. ¿Qué Guadalajara, considerada ya en su conurbación, queremos para el quinto centenario? Lo primero, claro, es una metrópoli con mejores oportunidades para todos. Y ello implica primordialmente la toma de conciencia de aumentar la participación colectiva, abrir espacios cada vez mayores a los jóvenes y construir una ciudad cada vez más vinculada entre sí para alcanzar la prosperidad. No es, pues, un asunto de mera conmemoración en el calendario cívico sino la ocasión renovada de que todos juntos podamos desarrollar planes y ejecutar proyectos que, en resumidas cuentas, permitan la mejor calidad de vida y una auténtica convivencia. Los obstáculos parecen insalvables, como la inseguridad, la dispersión urbana, la contaminación, la escasez de mecanismos para cubrir servicios básicos, el transporte público, las vialidades y mucho más.

De ahí que resultaría muy positivo que los actuales gobiernos estatal y municipal, y como sería deseable, también los de toda el área, sientan esa inquietud por realizar los cambios necesarios y por emprender las tareas requeridas para que, en un término relativamente corto, Guadalajara llegue mejor a su quinto aniversario. Gran parte de la población actual vivirá sin duda para esa gran fecha. Las nuevas generaciones lo verán como algo más fresco y natural que los de hace casi cien años. Por ahora, lo relevante es preguntarnos ¿si hay decisión en los mandos gubernamentales para conseguirlo?. Y para empezar, definitivamente, sería caminar por el camino correcto.


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Miguel Zárate Hernández
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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