Política

Violencia sin causa

Dentro del pensamiento occidental hay un número considerable de cuestiones, detectadas en la realidad misma, cuya respuesta ha sido con variados recursos: Intuición, costumbres, leyes, ciencia, magia, miedo, creencias y otros más se han utilizado y, no obstante creer en ciertas respuestas para muchas de tales cuestiones, otras permanecen en paciente y molesta espera el avance del pensamiento humano para disponer de respuesta o explicación.

La violencia es un asunto en espera de pensamientos más atinados para comprenderla al grado de eliminarla, al menos en el terreno de los actos violentos dirigidos a lastimar la dignidad de las personas. Preguntas hoy muy presentes son: ¿Por qué algunas personas piensan que con actos de violencia pueden imponer la voluntad del violento a otras personas? ¿Se trata de un pensamiento derivado de una experiencia de imposición por violencia, sufrida por quien amenaza? ¿Se trata de infundir miedo a otra persona en relación con alguna acción que puede afectar al violento? ¿Es un negocio vender violencia al gusto de un comprador afectado por algo realizado por quien ahora se ve amenazado? Y otras más.

Se han tratado de responder con base en el derecho y la ley. El pensamiento humano ha encontrado en el orden legalizado, en la ley, la primacía de los derechos de las personas y las comunidades. Por ejemplo, el derecho a la vida. Nadie puede quitarle la vida a otra persona por propia mano o por contrato para hacerlo. Quien lo haga está fuera de la ley y debe ser perseguido y castigado de acuerdo con las disposiciones de la misma ley. Bien. De los hechos reales se deduce la dificultad de gobiernos y países para hacer cumplir ese mandato. Para nuestra sociedad es una situación no deseada e inaceptable. En los hechos nuestra sociedad, igual a otras, no han encontrado respuestas para evitar la creciente cantidad de personas violentadas hasta la muerte. Tampoco el incremento de amenazas de muerte para personas notables por alguna causa incómoda para alguien.

Hoy aspirar a un puesto de elección popular parece provocar afectaciones a otros, cuya respuesta es violentar hasta con la muerte a esos aspirantes. Nuestro sistema legal y de disuasión policial hoy no alcanza para desmotivar, detener y castigar a estas personas amantes de la violencia. Es momento de recurrir a la Inteligencia. Con Mayúsculas.

Miguel Bazdresch Parada


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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