De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, al año mueren 7 millones de personas como resultado de la exposición a partículas finas de aire contaminado, situación que se vive en ciudades con un medio ambiente complicado, como el caso de la zona metropolitana de Puebla, donde las emisiones del Popocatépetl empeoran la situación.
En el ranking nacional de la empresa suiza de tecnología +IQAIR en vivo, la capital poblana se ubicaba ayer con 52 puntos en el Índice de Calidad del Aire.
En la medición se incluye a las Cholulas, San Pedro con 63 ICA y San Andrés con 63 ICA, en tanto Atlixco marcaba 60 ICA, Tehuacán con 60 ICA y San Martín Texmelucan con 143 ICA, el registro más alto de la zona conurbada.
Las primeras cuatro se encuentran dentro del rango de moderado, que sin bien no está libre de contaminación, se encuentran por debajo de los límites que ponen en riesgo la salud de personas vulnerables.
El de Texmelucan sí entra ya entre los que pone en riesgo la salud de las personas con algún padecimiento respiratorio, al estar por arriba de los niveles tolerables, aunque a nadie parece preocuparle.
La cercanía con la Ciudad de México, en ciertas épocas del año, eleva de manera considerable estos registros, y nos pone cerca de la contingencia ambiental, como ocurre en estos momentos en la capital del país donde ya comenzaron con la aplicación del Hoy No Circula.
Cabe destacar que en Puebla y sus municipios conurbados solo existen cinco estaciones de monitoreo de las cuales se obtiene información, pero es necesario que existan más para tener mejores datos en base a los cuales tomar las decisiones adecuadas.
Esto porque 92 % de la población mundial está expuesta a peligrosos niveles de contaminación del aire, pero faltan sistemas para cuantificar sus efectos, y permitir a los gobiernos y a la propia ciudadana, responder de forma más efectiva.
Sin duda el tema de la contaminación ambiental debe ser prioridad en la agenda de las autoridades, pero también de la sociedad y principalmente de los jóvenes porque es calidad para ellos y las próximas generaciones.
Está perfecto que los estudiantes luchen por mejores instalaciones en la BUAP y puentes peatonales para su seguridad, pero deberían involucrarse también en el bienestar de sus comunidades, y sobre todo en el futuro que les espera si no fomentan proyectos sustentables, o si nos olvidamos de proteger al planeta de las emisiones contaminantes.