En un texto publicado en 2001 por la Revista Mexicana de Investigación Educativa, la investigadora del El Colegio de México, Cecilia Greaves Laine, hace una excelente reseña sobre la lucha histórica por el control de la educación que inicia con la primera edición de los libros de texto gratuito.
La doctora Greaves Laine señala en su artículo que el presidente Adolfo López Mateos aprobó en febrero de 1959, la propuesta del entonces secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, escritor, ensayista y poeta.
Su idea era editar y distribuir libros de texto y cuadernos de ejercicios para todos los alumnos de educación elemental, a fin de garantizar la gratuidad que estaba contemplada en la Constitución en su artículo número tres.
Esto dio origen a una "enconada polémica", según dice la autora, que reflejaba la antigua rivalidad entre el Estado y la Iglesia por el control del sistema educativo. Se traba de una confrontación porque un sector de la sociedad quería seguirse beneficiando de la "oferta y la demanda" educativa en el país.
Casi 63 años después, las diferencias entre el poder político y el poder económico siguen. Los políticos de la Cuarta Transformación defienden a capa y espada lo indefendible como son los errores evidentes que van desde los ortotipográficos hasta los de metodología.
A este conflicto se han sumado los gobernantes de oposición, que se niegan a la distribución masiva, justificando su decisión con diferentes argumentos. Los de la 4T se van al otro extremo de defender aún las equivocaciones.
En Puebla, los dirigentes magisteriales de las secciones 23 y 51 del SNTE llegaron al colmo de la sumisión, y hablan de "justicia social y logro histórico", cuando seguramente ni fueron tomados en cuenta.
El sector privado al menos asumió una posición más equilibrada al proponer una revisión de los textos, a fin de corregir lo que esté mal. Por su parte el gobernador Sergio Salomón Céspedes se alineó al bloque de los que apoyan a la Federación. Por los antecedentes históricos parece que el "palo está dado".
