En la ciudad de Monterrey, hay un reportero experto en minería de datos de nombre César Cubero, a quien tengo el gusto de conocer desde hace casi dos décadas. A través de los años fue perfeccionando su trabajo, al grado que a veces las propias fuentes oficiales le piden apoyo.
El señor Cubero se echó un clavado en las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y resulta que durante los primeros once meses del 2024 el estado de Puebla obtuvo en nada honroso, o mejor dicho el vergonzoso primer lugar, en delitos del fuero federal relacionados principalmente con la extracción ilegal de hidrocarburos con un total de 836, por encima de Nuevo León que obtuvo 766 casos.
De acuerdo con las cifras oficiales, del 1 de enero al 30 de noviembre del año pasado se cometieron en México 6 mil 72 delitos, es decir, un promedio diario nacional de 18.12.
Esta radiografía fue hecha con base a información oficial, y no se trata de percepciones ni opiniones de algún político o periodista, así que no hay manera de que existan otros datos, aunque la 4T nos diga que tiene otros distintos.
Aquí es necesario aclarar que por tratarse de delitos del ámbito federal, las autoridades estatales no son directamente culpables, pero sí responsables, aunque tampoco las exime porque en estricto sentido deberían coadyuvar en el combate de las bandas criminales, que en algunos municipios operan bajo el amparo de las policías locales.
Por ahora queda evidenciado que las estrategias para bajar el índice en el llamado huachicoleo no han funcionado, porque en lugar de revisar las acciones, desde la administración de Andrés Manuel López Obrador, se dedicaron a realizar una campaña mediática para generar la percepción de que estaba disminuyendo cuando la realidad es otra.
Las organizaciones criminales han "diversificado" sus actividades, pero el robo de combustibles sigue siendo de los más redituables, junto con el tráfico de migrantes donde también las ganancias son jugosas.
Por esa razón, raya en la ignominia que ocupemos esos primeros lugares, ya que si a eso agregamos los ilícitos del fuero común, nos deja muy mal parados como sociedad, y hasta en un estado de indefensión. Afortunadamente todavía somos más los buenos y el gobierno debe esforzarse para restablecer la legalidad y esa paz que tanto anhelan las familias mexicanas.
