La Secretaría de Salud en Nuevo León anunció ayer que se tienen confirmados seis casos de covid-19 con la variante ómicron en la entidad, lo cual era de esperarse. A nadie sorprende porque esta nueva cepa se propaga con mucha facilidad.
Aunque los investigadores sostienen que el índice de letalidad no aumenta de manera significativa, las posibilidades de contagios sí se incrementan exponencialmente.
Peor aún si consideramos que hoy es Nochebuena y las reuniones familiares estarán a la orden del día. Por más recomendaciones que haga la autoridad, si no tomamos precauciones la primera y segunda semana de enero pueden ser fatales.
Las cifras de 14 mil 970 muertes y 293 mil 407 casos positivos pueden subir de aquí al cierre de año, y esas no son buenas noticias para ningún gobierno estatal o municipal.
Según la estadística desglosada por mi compañero César Cubero, al corte del 22 de diciembre el estado llegó a un acumulado de 14 mil 970 muertes a causa de la covid-19, tras el anuncio de la Secretaría de Salud estatal de que este miércoles cerró con 3 defunciones por esa enfermedad.
Esto quiere decir que la situación puede empeorar todavía más si no nos cuidamos en los días por venir. Es comprensible que las familias estén deseosas de reunirse tras casi dos años de encierro.
En lo personal, estoy igual de necesitado de ver a mis padres, hijos y hermanos porque la emergencia sanitaria nos ha mantenido alejados desde marzo del 2020, cuando se detectó en México el primer caso de un enfermo por el mortal virus.
Este maldito covid-19 ha impedido darnos un abrazo o saludo en forma por el temor de contagio, pero muchos han empezado los festejos decembrinos y eso traerá consecuencias.
Por lo mismo es muy conveniente exhortar a los regiomontanos a no relajar las medidas sanitarias como el uso del cubrebocas y del gel antibacterial, así como evitar besos y abrazos por más que se requieran.
Lo lamentable de todo esto es que afuera las calles y avenidas están repletas de gente, así como los centros comerciales, donde las compras de pánico siguen a la orden del día. Por más euforia navideña que exista no debemos olvidar a los que se nos adelantaron a consecuencia de esta pandemia, y en honor a su memoria tenemos que seguir cuidando a nuestros seres queridos.
Miguel Ángel Vargas