En los últimos cinco años, el estado de Puebla ha perdido más de mil hectáreas de bosque húmedo, que albergaban especies amenazadas o en peligro de extinción, y eso se traduce en daños graves al ecosistema.
Si lo ponemos en el contexto nacional donde se calcula que la tasa anual de deforestación es de 208 mil hectáreas del 2001 al 2021, parecería que no es tan delicada la situación, pero es mucho más alarmante de lo que parece.
Según la “Agenda Institucional 2024: de la reflexión a la acción”, un documento desarrollado por investigadores de la Universidad Iberoamericana Puebla, el estado registra una crisis en materia de medio ambiente.
La sobreexplotación de recursos provocada por comerciantes que buscan el máximo de ganancias, trae otras repercusiones que impactan no solo en la parte económica.
Si los políticos piensan que ese fenómeno solo representa el 0.31 por ciento de la superficie forestal arbolada que es de 65 millones de hectáreas en el país, puede escucharse como algo poco relevante pero no es así.
En las últimas semanas, Multimedios Puebla ha presentado una serie de reportajes donde se dimensiona el daño que eso trae a nuestro entorno y a los problemas de sequía e incendios.
Luego nos preguntamos porque este inicio de año registra temperaturas de más de 30 grados centígrados, cuando apenas está iniciando la primavera y en esta zona geográfica antes no se habían presentado.
Lo que tal vez no calculamos que esa pérdida de recursos naturales le pega seriamente a nuestra salud, pues genera incendios que a su vez causan enfermedades alergénicas en niños y adultos.
Por otro lado nos vamos quedando sin agua porque altera los ciclos de lluvia.
El que esto escribe llegó a Puebla hace poco más de 12 años, y recuerdo que la temporada de precipitaciones se presentaba a partir de marzo, y ahora no hay signos de que pueda llover lo que afecta a los agricultores.
Todo en la vida son ciclos, y los humanos con nuestras acciones hemos ido alternándolos y dentro de poco podríamos pagar las consecuencias.