Los aspirantes de Morena a la gubernatura del estado llevan meses en campaña, y algunos como el senador Alejandro Armenta mucho más tiempo. Eso les da una amplia ventaja en cuanto a conocimiento entre la ciudadanía poblana.
Los que hacen encuestas saben que una cosa es que los conozcan, y otra muy diferente que confíen ellos o que la gente esté dispuesta a votar por ellos en lo individual. Sin embargo la marca está muy bien posicionada y eso lo saben los partidos de la alianza (PRI-PAN-PRD), que parecen ir a paso lento.
Mientras los morenistas galopan, los que ahora forman el bloque opositor andan en modo tortuga, y su argumento principal es el respeto a las leyes electorales, esas mismas leyes que los otros se pasan por el arco del triunfo.
Al interior del PAN nadie duda que Eduardo Rivera debe ser el candidato a la gubernatura, porque los poblanos lo conocen, y mucho más los habitantes de la zona metropolitana. Otros opinan que le falta darle con más fuerza en los municipios fuera del área urbana.
En las últimas semanas hay quienes lo ven más tranquilo de lo normal, y eso preocupa a más de uno porque consideran que el único gallo con posibilidades reales de hacerle frente al partido en el poder es Lalo.
Lo que argumenta el alcalde es que debe ser respetuoso de los tiempos, pero del otro lado los morenistas andan desatados, y solo esperan que se defina la corcholata a nivel federal para lanzarse con todo.
Quienes conocen al alcalde capitalino saben que es un hombre de principios y convicciones, respetuoso de los procesos internos y los tiempos de su partido, pero parece que eso juega en su contra.
Lalo es el activo más importante del PAN, y de la alianza, por lo que muchos de los que lo apoyan en sus aspiraciones esperarían verlo en los rincones del estado porque los que compiten por ese mismo puesto, recorren las comunidades cada fin de semana y eso les da mayor posicionamiento.
Los panistas de hueso blanquiazul quieren verlo con más decisión, y quieren suponer que su estrategia es por evitar alguna sanción dada su investidura como presidente municipal de Puebla, y no porque esté durmiendo el sueño de los justos.