El recuento de los daños tras el paso de la tormenta tropical Fernand que azotó Monterrey y su área metropolitana el miércoles pasado, es más benéfico que perjudicial, si tomamos como referencia la captación de agua en las presas que nos abastecen del vital líquido.
Los registros oficiales señalan que cayeron precipitaciones promedio de 204 milímetros, lo que equivale a 204 litros de agua por metro cuadrado, con lo cual fue casi una bendición para las siembras y el sector ganadero.
El secretario de Desarrollo Agropecuario, José Rodolfo Farías Arizpe, asegura que estas lluvias nos ayudarán a afrontar los estragos de la falta de agua, principalmente en los municipios del oriente y sur del estado, así como la región citrícola.
Hasta ahí todo es positivo y los medios estamos obligados a destacar lo bueno, pero también a cuestionar a las autoridades municipales que dejaron de limpiar las alcantarillas o poner reglamentos firmes para castigar a los miles de ciudadanos que tiran basura en la vía pública.
Por otro lado, habría que señalar la pésima calidad de las obras de recarpeteo, sobre todo en el municipio de Monterrey, las cuales se anunciaron como un logro histórico y unas horas de lluvia bastaron para evidenciar que no fue así.
Según el senador panista Víctor Fuentes, el gobierno de Nuevo León cuenta con muchos recursos etiquetados, pero que se despilfarran, para destinarse a los daños ocasionados por la tormenta Fernand.
Víctor pone el dedo en la llaga, porque luego salen los alcaldes y el propio mandatario estatal a lloriquear que falta dinero para atender ese tipo de contingencias, cuando en realidad existe pero se destina a otras cosas o de plano lo desaparecen por arte de magia.
A nivel nacional, nuestra entidad está considerada como una de las más desarrolladas y es una vergüenza que circulen en las redes sociales decenas de videos de calles convertidas en verdaderos ríos, y que días después aparezcan cráteres por todos lados.
En otras entidades donde no escatiman recursos ni los guardan para hacer proselitismo político construyen avenidas de concreto hidráulico que tienen garantía de al menos 20 años de duración. Eso es tener visión de futuro y no ganas de ganar dinero ilícitamente.
Por lo visto tampoco ha funcionado los constantes llamados del arzobispo Rogelio Cabrera a los alcaldes para que hagan su trabajo y a los regiomontanos para que dejemos de tirar basura. Tenemos fama de ser trabajadores, pero cero en cultura ecológica.