Ante la falta de claridad entre los mismos aspirantes a los diferentes cargos en el Poder Judicial, la mayoría de ellos ha optado por hacer eventos en corto y ante un reducido público, porque el presupuesto aprobado por el INE es muy limitado.
De tal forma que nadie se quiere exceder, o dar motivo para que los sancionen, porque además saben, aunque no lo quieran reconocer, que los candidatos favoritos del Gobierno morenista en todo el país están operando con apoyo oficial y el piso está muy disparejo.
El tope de gastos quedó en 220 mil 326.20 pesos para los 60 días de propaganda, que se ve complicado para algunos reunirlo, pero habrá quienes sí cuenten con recursos propios para cubrirlo de su bolsillo, porque además no tienen derecho a financiamiento como los partidos.
En Nuevo León, por ejemplo, se elegirán 881 cargos judiciales, entre los que se mencionan a nueve ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos magistraturas a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 15 magistraturas de Salas Regionales del TEPJF y cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial.
A eso habría que agregar las 464 magistraturas de Circuito, y las 386 juezas y jueces de Distrito que se postularon y fueron aprobadas por ese grupo selecto de diputados y senadores de Morena, que filtraron las listas.
Al hacer una inspección de los que pasaron las primeras etapas y a ojo de buen cubero, como se dice coloquialmente, hay muy pocos personajes conocidos por la ciudadanía. Si los que nos dedicamos a los medios desde hace años no tendríamos elementos para saber por quién votar, mucho menos los que saldrán a las urnas el próximo 1 de junio a elegir a un desconocido.
Esa es una realidad que nadie puede ocultar y por más que el Instituto Nacional Electoral organice las casillas y todo el proceso para sufragar, se ve complicado que puedan rebasar la expectativa del 8 al 12 por ciento de votación ese día.
El punto es cómo confiar en una elección donde nadie conoce a los aspirantes y por otro lado, quién nos garantiza que tengan honorabilidad probada. Al único que conozco con esas cualidades es a mi amigo el licenciado Jesús Arreola Castillo, pero por lo que alcancé a revisar no aparece en ninguna de las listas previamente palomeadas.
