El madruguete que los priistas de Hidalgo le hicieron hace poco más de un mes al gobernador Omar Fayad, cuando confabularon para designar a la diputada federal Carolina Viggiano como candidata del PAN-PRI-PRD es de dimensiones épicas.
Nunca antes en la historia del estado se había dado una sucesión en esos términos. Cada seis años, el primer priista del estado llevaba mano para proponer a su mejor "gallo", pero ahora decidieron que no sería así.
Está claro que hubo deslealtades, y que además se conjuntaron las voluntades de militantes distinguidos como los Osorio Chong, los Moreira-Viggiano, pero el principal pérfido es sin duda alguna Alejandro Moreno, dirigente nacional tricolor.
Mientras algunos políticos en Hidalgo disfrutaban la época navideña pues se había dicho que el proceso para elegir al abanderado priista se daría hasta mediados de enero, otros se reunían a hurtadillas para adelantar los tiempos.
Así fue, dicho por ellos mismos en voz baja, como acordaron con Alito que fuera la esposa del líder de la bancada en la Cámara de Diputados, y para completar la simulación, se pusieron de acuerdo con Marko Cortés, el líder panista.
Si algo hay que reconocer es que su movimiento fue tan sigiloso que ni el mismo Fayad, ni su gente cercana lo vieron venir. Tal vez pecaron de confiados y en ello llevaron la penitencia, o de plano nunca se esperaron una jugada de esa magnitud.
A través de un virulento tuit del mandatario estatal fue como nos dimos cuenta lo que había pasado. La respuesta de Alejandro Moreno no se hizo esperar y hasta lo acusó de querer entregar el estado a Morena.
En lo personal pienso que el verdadero judas priista es Alejandro Moreno, porque a sabiendas de que las encuestas serias colocan a la señora Viggiano Austria muy por debajo del senador Julio Menchaca, se empeñó en imponerla.
Tengo dos grandes amigos que se dedican a realizar estudios de opinión en todo el país, y en ninguno de ellos, al menos no en los realizados hasta finales del 2021, está mejor ubicada la diputada. Habría que ver los más recientes porque ya cambiaron los actores y eso puede variar.
Ahora bien, como luego dicen que "palo dado ni Dios lo quita". De aquí en adelante seremos testigos de un proceso que tomará forma en dos meses para saber si los sondeos están en lo cierto, o si valieron la pena los acuerdos con tal de mantener la hegemonía del otrora partido dominante.
El domingo 5 de junio habrá elecciones en seis estados (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas), y el escenario no pinta bien para el PRI pues está en riesgo de perder todo el capital político acumulado durante más de 90 años.
Miguel Ángel Vargas