Las mañaneras ahora se van entre burlarse de adversarios y desestimar, pero además minimizar denuncias en contra de los miembros de su gabinete, un uso sin duda poco ortodoxo de la comunicación que debería tener el titular del Poder Ejecutivo Federal con sus gobernados.
No me queda la menor duda que el país está cambiando, pero como se dice la reversa también es cambio y parece que las mañanera son el reflejo del gobierno que tenemos insisto uno que se burla de los adversarios y sale a la defensa a ultranza de todos los que han sido señalados por un actuar por decir lo menos irresponsable de los miembros de su gabinete.
Ayer por ejemplo se habló de la denuncia que un grupo de personas presentaron en contra del subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell por parte de familiares de personas que han fallecido a causa de la covid-19 y que fue interpuesta ante la Fiscalía General de la República. De inmediato como todas las cosas que no le van como anillo al dedo a la 4T, fue calificada como irracional y un acto propagandístico
“¿Qué va a hacer el Ministerio Público o el juez? Y no solo es Hugo, es el presidente (Andrés Manuel López Obrador), el secretario (Jorge Alcocer). ¿Todos vamos a ir a la cárcel?... todos somos Hugo” dijo el mandatario federal en la conferencia matutina del día de ayer.
Es momento de aceptar la crítica para corregir, si juntamos hoy los dichos del subsecretario y las acciones en el combate a la pandemia, deja mucho que desear y está muy lejos de quienes manejaron otras crisis como José Ángel Córdova o Julio Frenk reconocidos en el extranjero. Aquí los elogios a Gatell solo vienen de su jefe.
Y si agregamos a la lista los casos de Delfina Gómez, o el actuar de tantos funcionarios de primer nivel que salieron por la puerta de atrás y otros que aún se sostienen creo que nos quedan mucho a deber a todos los mexicanos.
No me ofenda, yo no soy Hugo.
Miguel Ángel Puértolas
