Política

Y mal en la prevención del delito

Hace unos días le platiqué aquí sobre lo mal que estamos en México respecto a la prevención social de la violencia y la delincuencia, tema en donde el origen de las conductas delictivas y la atención a los factores de riesgo es poco menos que inoperante por la falta de constancia, análisis de resultados y presupuesto en las políticas públicas que deberían de atenderla.

De ahí pasamos al segundo nivel que es la prevención de conductas delictivas, en donde las evaluaciones también serán reprobatorias, pues de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad (Envipe) realizada por el Inegi, año con año la cifra negra de delitos se mantiene por encima del 90 por ciento y el número de delitos denunciados en el país en un año superan los 2 millones, lo que nos daría un indicador que al año en realidad se llevan a cabo 20 millones de conductas delictivas.

Cada dos segundos en México se estaría cometiendo un delito.

La prevención del delito es una de las vertientes de la seguridad pública que atiende y combate el fenómeno social de la delincuencia en aras de salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar el orden y la paz social.

¿Por qué no hemos alcanzado la preservación del orden y la paz social? ¿Por qué México sigue sumido en una espiral de violencia que parece no terminar? Sencillo, la primera razón es por esa carente atención de la violencia que inicia en casa, en donde los factores de riesgo abundan especialmente en la población más vulnerable que termina convirtiéndose en carne de cañón y candidatos perfectos para enrolarse en las filas de la delincuencia. La pobreza en sí no es un factor que incida directamente, pero sí es parte de la fórmula perfecta para ello.

La segunda razón la obtenemos de la prevención del delito, en donde los programas carecen principalmente de continuidad, evaluación permanente de sus resultados y de un presupuesto multianual que permita ajustarlos a las necesidades de cada comunidad. La mayoría de los programas de prevención del delito tienen poca claridad teórica, difícilmente se comprueba su eficiencia y habla de que quienes los elaboran no comprenden nada de política criminal… pero tampoco comprenden quienes están encargados de ejecutarlos.

En resumen: La copa del árbol de la delincuencia seguirá frondosa y dando frutos dada la ineptitud de quienes se encargan de combatir su raíz.


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Miguel Ángel Puértolas
  • Miguel Ángel Puértolas
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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