Y finalmente se empezó a hablar de la reforma electoral con miras al proceso de 2024 y uno de los grandes temores que se vislumbraba en el horizonte era el de regresar a los estados la facultad de operar los organismos electorales locales lo cual habla de un maquiavélico plan que le permitiría a Morena tener el control de éstos en los estados en los que gobierna.
Me explico, actualmente el Instituto Nacional Electoral es el organismo rector, y los OPL, Organismos Públicos Locales, son los entes estatales que trabajan de manera coordinada con el INE en la organización de los proceso electorales, con la última reforma electoral se le quitó a los estados la facultad de nombrar a los titulares de estos organismos lo que daba mayor autonomía a quienes operaban las elecciones en los estados.
Sin embargo ahora que el Presidente habla de sus propuestas de reforma electoral y una de éstas busca regresar a los estados esta facultad, le daría control a los gobernadores, en este caso 17 de Morena para nombrar a los titulares de los organismos electorales locales, y con ello tener control de las elecciones, lo que no sucedería hoy.
También se habló de otra trampa y es la desaparición de diputaciones plurinominales, lo que daría a Morena y sus partidos coaligados una mayor posibilidad de contar con la mayoría calificada para en el futuro hacer reformas constitucionales que hoy son imposibles y que permitirían por ejemplo desaparecer los organismos autónomos como el INE que hoy tanto les estorba.
¿Por qué no plantear una evaluación de la distritación en México evitando por ejemplo la sobrerrepresentación y recortar las curules de elección directa si lo que se quiere son ahorros?
En la forma las propuestas ventiladas el día de ayer parecerían las más congruentes, pero se habla de un recorte a los partidos políticos en cuanto a recursos públicos, lo que llevaría a la desaparición de los más pequeños y al fortalecimiento del partido en el poder. En fin nada de lo propuesto ayer tiene fines positivos y lo único que se busca es la hegemonía de Morena en el poder.
Miguel Ángel Puértolas