La violencia incesante en México tiene una alta relación con los niveles de impunidad que existen en el país donde un asesino vinculado al crimen organizado es más fácil que lo liquide un grupo criminal antes de que rinda cuentas ante la autoridad y así permitir dar con los responsables de la mayor cantidad de asesinatos ocurridos en el país.
Un México donde seguimos atrapados en un callejón sin salida y ahí están los números para confirmarlo pues más allá de los alegres comparativos mensuales que nos da una pequeña versión de la realidad, al comparar períodos amplios nos damos cuenta que nada se ha hecho para erradicar el cáncer que significa para el país la delincuencia organizada, frente a un gobierno y una sociedad carente de organización.
Durante los tres primeros años del sexenio de Enrique Peña Nieto se mantuvo el alza en el total de delitos investigados, registrados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con cifras proporcionadas por cada una de las entidades federativas, el número ya de por sí alarmante fue de 4 millones 999 mil 663. El gobierno de la cuarta transformación tiene el gran pendiente del combate a los delitos, pues lejos de bajar en el mismo periodo analizado suma 5 millones 116 mil 326 carpetas de investigación por el total de delitos denunciados.
Lo peor es que según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad (Envipe) realizada por el Inegi la cifra negra, es decir el número de delitos no denunciados, no ha bajado del 90 por ciento, lo que significa que los números aquí presentados como mucho representan entre el 4 y 6 por ciento del total de delitos reportados por la encuesta. Y no tratemos el tema del castigo a los delincuentes porque entonces estamos para llorar.
El delito que genera una mayor percepción de inseguridad, sin duda, es el homicidio, ahí las cifras se tornan estremecedoras y terminamos con la conclusión que las fórmulas (repetidas, recicladas u ocurridas) no han dado resultado, pues la primera mitad del sexenio pasado sumaron 32 mil 571 homicidios dolosos frente a 86 mil 580 del mismo período de este gobierno federal.
Impunidad, corrupción y permisividad son, sin duda, los ingredientes clave.
Miguel Ángel Puértolas