Hoy no se ve claro.
Me pregunto ¿por qué tantos titubeos a la hora de entrarle al toro por los cuernos en el caso del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM)? El sindicato de Pemex, como en su momento lo fue el de maestros, generó importantes dividendos políticos para los partidos en el poder. El gobierno federal tiene la gran oportunidad de demostrar que va en serio en el combate a la corrupción, si como lo dijo el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, se citarán a todos los implicados en el tema de Tlahuelilpan y esto no solo incluye a autoridades, sino también a trabajadores y sus representantes sindicales.
Existe evidencia periodística del mal manejo de los recursos del sindicato de Pemex, existe evidencia de los beneficios que recibió el líder sindical Carlos Romero Deschamps de los lujos y en algunos casos excesos de su familia, que no corresponden evidentemente al ingreso que tuvo como legislador y menos como dirigente de los trabajadores de la paraestatal.
También hay registro del poco democrático proceso para elegir al la actual dirigencia que incluye una cofradía de subalternos beneficiados por el poder, premiados con diputaciones federales, pese a haber sido investigados por escándalos como el Pemexgate.
Escándalo en que se acusó al ex director de Pemex y ex gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor Seguy de haber desviado dinero de la empresa a la campaña del ex candidato presidencial Francisco Labastida y en el que se involucró al actual tesorero del STPRM, Manuel Limón Hernández, hoy diputado federal plurinominal por el PRI.
La presión sobre la necesidad de investigar al sindicato de Pemex es mucha, y parece que al final hará mella, por lo que esperaríamos ver a Romero Deschamps al menos si no como indiciado sí compareciendo para explicar algunas de las irregularidades en el manejo del dinero de Pemex.
Porque no todo el desfalco de la empresa del Estado Mexicano tiene que ver con robo de combustible, en innumerables ocasiones se habló de desvíos para campañas, se dijo que era la caja chica del gobierno.
Aún está pendiente la toma de nota por parte de la Secretaría del Trabajo y parece que ni eso lo hará regresar al país, ha promovido amparos para no ser detenido, ¿qué frena al gobierno para dar una sacudida a uno de tantos líderes sindicales señalados por corrupción? Esperamos pronta respuesta.
¿Se acabará la suerte de Romero Deschamps?
- En frecuencia
-
-
Miguel Ángel Puértolas
Ciudad de México /