La clase empresarial en México ha sido últimamente cuestionada de manera incesante desde el púlpito presidencial, con críticas mordaces respecto al “aspiracionismo” que en el mejor de los sentidos termina por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos mediante el trabajo bien remunerado, el emprendimiento y dejando de lado las dádivas que lo único que sirven es para mantener a los pobres en la pobreza y comprar sus voluntades. Ayer los empresarios de León, pusieron la muestra de que se puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con una correcta distribución de la riqueza, apostando por la legalidad y mejores condiciones de trabajo y por ende de vida a quienes colaboran en el crecimiento y desarrollo de las industrias de las cuales son socios o propietarios. El plan consiste en una Alianza por la Prosperidad, misma que busca detonar la economía interna, y generar un mayor número de empresas y empleos en el sector formal consistente en 10 puntos estratégicos para el bienestar de los ciudadanos. Pero en este también están aglutinadas instituciones de educación, gobiernos estatal y municipal así como la iglesia, para trabajar unidos en una sinergia pocas veces vista en México. La Alianza, una de veras, y no como la que proclaman los partidos políticos, se sostiene en 3 pilares: estructura sólida, puentes estratégicos y operación efectiva para combatir la desigualdad y con ello mejorar la calidad de vida de todos. La filosofía es básica, buscando el bien de los demás se consigue el bien común, que al final beneficia a todos. Buenos sueldos, buena atención, capacitación, oportunidad de crecimiento, llevan a los ciudadanos a apostar por la cultura de la legalidad, dejando de lado la oferta latente del crimen de pagar por delinquir, dejando fuera que el que transa, avanza y todos estos males que aquejan a nuestro país de manera histórica. Toda buena acción, sin duda, va a terminar por llevar a la prosperidad a todos los involucrados, se requieren más de estas iniciativas donde los ciudadanos no esperen dádivas del gobierno y el gobierno no termine sirviéndose de los ciudadanos. La responsabilidad de sacar al país de la violencia y la criminalidad es de todos y no podemos tener esfuerzos aislados que no nos llevarán a buen puerto.
Miguel Ángel Puértolas