No hay actividad en México que se escape a acciones nefastas de los grupos criminales que operan libremente en el país, hay profesiones que se vuelven vulnerables ante los embates de delincuentes y terminan siendo rehenes de sus bandas.
Puedo referirme al caso de los médicos y profesionales de la salud, sobran las historias de que en los lugares más apartados del país, donde se registran enfrentamientos armados especialmente en zonas serranas y despobladas
Recientemente el diario norteamericano The New York Times, recopiló historias de médicos que se han visto amenazados por el crimen para atender a integrantes de grupos delincuenciales en diversos estados de la República.
Y así podemos documentar casos de abogados, que en algunos casos obligados a defender a delincuentes, cuando han perdido los procesos terminan asesinado, ingenieros que operan muchas de sus tecnologías terminan también en las garras de estos delincuentes, aunque hay quienes también deciden poner sus conocimientos del servicio de la delincuencia.
Pero tal vez la profesión más asediada después de los policías, es la de los periodistas y comunicadores, en lo que va del año se han documentado 13 asesinatos en contra de periodistas, y 46 en el período de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La organización Artículo 19 documentó en 22 años un total de 154 homicidios en contra de periodistas, de los cuales 142 la víctimas fueron hombres y 12 mujeres, al igual que en el resto de los hechos de violencia en el país, los casos no sólo no disminuyen sino van en franco aumento sin que nadie parezca tener la intención de frenar esta brutal violencia.
Los actos de violencia contra periodistas además de vulnerar el derecho de expresar y difundir ideas, opiniones e información, también generan en el gremio un efecto de silencio, por el miedo. Pero además violan el derecho a buscar y recibir información, para quienes los comunicadores sirven.
Miguel Ángel Puértolas
