La pandemia, sin duda, representó un reto importante para casi cualquier ámbito de nuestra vida y no cabe la menor duda que uno de los impactos que más preocupación generó fue el que tiene relación con la educación no solo en México sino en el mundo entero. Y para evitar dar palos de ciego era necesario hacer una evaluación de cómo estamos para tener la información básica que permita tomar decisiones al respecto.
Hay un concepto acuñado por el Banco Mundial y el Instituto de Estadística de la UNESCO denominado pobreza de aprendizaje que no es otra cosa que tener la incapacidad de leer y comprender un texto simple a los 10 años, situación que empeoró tras la pandemia y conlleva a estragos importantes en el desarrollo educativo y posterior inserción en el mercado laboral de los estudiantes.
Hemos dicho aquí que las brechas económicas y también las educativas se hicieron más profundas después de la pandemia y de acuerdo a datos de estos organismos antes de la pandemia, el 53 por ciento de los niños de los países de ingresos bajos y medianos como México no podía leer ni comprender un texto sencillo hoy el porcentaje es mayor alcanzando un 80 por ciento.
El Banco Mundial estima que la pobreza de aprendizaje aumenta a 63 por ciento en los países en desarrollo. México fue uno de los países que más tiempo mantuvo las escuelas cerradas lo que tuvo como efecto un aumento en la brecha de desigualdad educativa, mayor riesgo de deserción y exclusión de estudiantes.
De ahí la importancia de conocer en qué situación estamos y desafortunadamente en México no se sabe a ciencia cierta cuál ha sido el impacto de la pandemia en la educación, por lo que carecemos de políticas públicas que atiendan otra pobreza peligrosa como es la educativa.
Guanajuato ha emprendido una batalla para contrarrestar este boquete dejado por el cierre de escuelas primero diseñando instrumentos de medición y segundo estableciendo políticas que permitan aminorar los efectos dañinos de la pandemia en cuanto a educación se refiere, hoy somos referencia, junto a países, sí, países de América Latina que si han tomado cartas en el asunto como Brasil y Chile, bien haría el gobierno de México en voltear a ver lo que se está haciendo aquí.