Ayer se hizo un anuncio importante: con el Plan Nacional de Refinación, el gobierno federal invertirá 75 mil millones de pesos con la que se rehabilitarán las refinerías de Minatitlán, Salamanca, Tula, Cadereyta, Madero y Salina Cruz, y se construirá una nueva en Dos Bocas, Tabasco.
El plan es ambicioso pues todas procesarán un millón 863 mil barriles de crudo por día hacia el 2022, con lo que se podrán obtener alrededor de 781 mil barriles de gasolina y 560 mil de diésel diariamente.
Tan solo Dos Bocas procesará 340 mil barriles de crudo al día, producirá 170 mil barriles de gasolina y 120 mil de diésel de ultra bajo azufre diariamente. Esta refinaría alcanzará una producción equivalente a casi 30 por ciento de las gasolinas que actualmente se importan, todo esto será hacia el 2022.
Sin embargo no debe dejarse de lado y no debe perderse de vista que México se ha convertido en un país muy atractivo para la inversión en energías limpias, debido al ambicioso plan en el que se pretende que en nuestro país para el 2024 la energía generada procedente de fuentes limpias alcance el 35 por ciento del total y el 50 por ciento para el 2050.
Tan solo para el desarrollo de 52 centrales de energías limpias ya se han invertido en el país 6 mil 600 millones de pesos, por lo que no debe descuidarse esta gran área de oportunidad más allá de celebrar el alza en la producción de gasolinas, hoy la mayoría de la energía eléctrica alrededor del 75 por ciento se genera por petróleo, carbón o gas natural.
Un ejemplo del potencial que tiene México es por ejemplo la capacidad para generar energía eólica que puede ser 8 veces superior a la capacidad actual, su posición geográfica le permite también tener un potencial importante, para generar energía solar.
El Presidente sabe de ese potencial, y por eso ha planteado un proyecto para aumentar la generación de energías renovables que incluyen proyectos a gran escala como la construcción de plantas hidroeléctricas hasta micro sistemas como paneles solares en techos casas habitación y empresas que además servirían para reducir la importación de gas de los Estados Unidos.
Un punto importante, aunque pareciera poco, pero es sustancial, al final del sexenio de aplicarse estas medidas las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse casi un 7 por ciento. No todo es gasolina, y eso hoy cuenta mucho más que nunca por un mejor medio ambiente.
Pemex, bien, ¿y la energía limpia?
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Miguel Ángel Puértolas
Ciudad de México /