El Partido Revolucionario Institucional desde sus orígenes engloba la mística de la política mexicana, entendida como aquella ocupada en mantener el poder para servirse, aprovechando la poca educación de los mexicanos, la incapacidad de organizarse y articular verdaderos cambios, exprimiendo al máximo el potencial que tiene una organización que promueve la dádiva y el asistencialismo como eje fundamental de sus programas sociales, regalar tortas y dinero a cambio de votos.
La izquierda mexicana tuvo sus raíces principales, al menos las figuras más fuertes, de personajes que salieron de la corriente renovadora del partido, aquellos hombres y mujeres que ya no vieron en el horizonte tricolor y en la disciplina de años, un futuro promisorio que los llevara al poder y decidieron crear partidos políticos derivados de aquella Unión Nacional Opositora, uno de ellos el PRD, que murió con la salida de López Obrador y derivó en Morena donde resucitaron aquellos viejos priistas relegados del poder.
Ahora México Libre, pretende convertirse en ese partido que dé la batalla a Morena y no es otro más que el camuflaje de panistas relegados del poder, que hoy se ofrecen, como en el partido de la cuatro té, a ser los salvadores de México, la opción política que el país necesita, y no veo más que una versión de lo viejo del PAN, sin una oferta diferente a la que ya tuvimos durante los sexenios albiazules que gobernaron al país.
No cabe duda que los mexicanos apostamos por el reciclaje y no por proyectos de nación que nos lleven a ser un mejor país, decidimos darle el voto de confianza a Morena mediante un proceso electoral y hoy nos topamos con los priistas recargados en el gobierno federal, con una visión lejana, muy en el pasado de los tiempos que México, vive, y para colmo la oferta de la oposición es el panismo recargado en la figura del ex presidente Calderón al lado de su esposa, la mal lograda candidata independiente a la presidencia, Margarita Zavala. Con esas ofertas políticas, nos debe ir quedando claro que lo que requerimos es nuevas formas de hacer política y no más partidos políticos.
