Pues esta semana podrían darse a conocer novedades en torno al robo de combustible, que ha puesto en jaque a autoridades de los tres niveles de gobierno, quienes, debo reconocer, se pusieron a trabajar en serio para arrebatar a los grupos delincuenciales el millonario negocio que representa el huachicoleo.
Pero, aquí es importante hacer un análisis de hasta dónde llega la telaraña que representa el multimillonario negocio del robo de combustible. Empecemos por la primera línea, la de los encargados de robar combustible, son la primera línea de contacto con el ducto y son los encargados de sustraer el líquido preciado para su venta, ahí entran desde los improvisados que sólo "seguetean" el ducto para dejar salir el combustible a pozos cavados debajo éste y luego con cubetas vaciarlo a contenedores, son los primeros en beneficiarse con el pago proporcionado por los cabecillas de estas bandas.
Por otro lado están los técnicos, esos que no solo cortan el tubo, también instalan una manguera kilométrica para poder con ella llevar las pipas que posteriormente desplazan el combustible robado, estos son los más especializados y que obtienen el combustible de mayor calidad sin que esté revuelto con tierra como en el primer proceso antes señalado.
Aquí intervienen otras figuras, están desde los "halcones", que generalmente son menores de edad que no despiertan sospecha, encargados de vigilar los alrededores mientras se maniobra la fuga para avisar si se acerca alguna autoridad, son otros que reciben un pago por dedicarse a dar "el pitazo" y evitar ser sorprendidos, generalmente provienen de las bases sociales que genera la presencia de estos delincuentes. Sin dejar de lado los gatilleros encargados de resguardar las maniobras.
¿Cómo hacer cómplice a un pueblo? Regalando despensas, medicamentos, útiles escolares, utensilios de cocina, electrodomésticos, herramienta, material para construcción (generalmente todo robado) que reciben como pago aquellos que protegen a estos delincuentes de la presencia de la autoridad.
De ahí pasamos a los encargados de transportar el combustible robado, y los mecánicos y técnicos encargados de transformar cajas secas, o camiones de redilas, en pipas improvisadas, o inclusive pipas clonadas de Pemex que transportan el combustible robado camuflando la actividad. Todos ellos también reciben un pago por el trabajo hecho y se ven beneficiados por los grupos delictivos que se dedican al robo de hidrocarburo.
Agregue usted también, las estaciones de servicio que reciben el combustible robado, me dicen que al menos aquí en Guanajuato, no tienen detectadas estaciones que hayan recibido a la fuerza, mediante la ley de plata o plomo, el combustible robado, o sea hay la certeza de que existiría complicidad de parte de los que operan las estaciones de servicio, por lo pronto hoy son investigadas 50, quién sabe si habrá más.
Y finalmente están todos aquellos que sabiendo que es combustible robado aceptan comprarlo, pero para que esto sea negocio se requieren de grandes flotillas y bueno, no es difícil saber quiénes serían clave para hacer llegar el producto, taxis, transportistas y demás. Imagine usted el mundo de gente que podría caer en el supuesto del delito de robo de combustible, la pregunta es ¿Cómo le van a hacer para castigar?