¡Qué bueno que por fin alguien se haya animado a indagar sobre la gestión de un ex presidente! Qué malo que la intención detrás de ello no sea el reparar daños hechos o buscar que se haga justicia sino más bien, se usen las instituciones de gobierno para fines político partidistas.
Ayer, la Fiscalía General de la República reveló que son tres las investigaciones contra Enrique Peña Nieto por diversas denuncias en las que se encuentra involucrada la empresa OHL y la presunta comisión de delitos de lavado de dinero y transferencias internacionales ilegales además de enriquecimiento ilícito.
Claro que hoy solo se ventilan las acusaciones, pero lo que es un hecho es que no hay un anuncio de haber probado nada, ni de la puesta a disposición de dichas carpetas de investigación ante un juez y sí sin embargo a una serie de asunto más relacionados con las elecciones del próximo año en el Estado de México y la intención de Morena de terminar de sepultar al PRI, en especial a la tan odiada ala tecnócrata del partido, y el grupo de Atlacomulco.
El anuncio lo hace la Fiscalía a poco menos de un año de las elecciones en el Estado de México, cuna de la carrera política de Peña, y bastión del tricolor donde gobierna el priista Alfredo del Mazo, primo de Peña Nieto, quien se impuso a Delfina Gómez de Morena y que amenaza con regresar como candidata el año que viene, con la bendición desde Palacio Nacional.
Es una guerra velada entre el priismo revolucionario, reencarnado en partido político con Morena y el priismo tecnócrata, que no ha dejado de moverse, pese a las palizas propinadas en cada elección y que hoy tienen como blanco principal a su dirigente Alito Moreno y al ex presidente Peña.
La advertencia empezó con uno de los hombres de mayor confianza de Peña, el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, y así poco a poco el cerco se ha ido cerrando, ¿en qué va a terminar este asunto? Pueden ser dos vías, y las dos muy claras, según historias como las de Raúl Salinas o Elba Esther Gordillo. Uno, no tocan a Peña ni con el pétalo de una rosa, o va a prisión y al paso de los años le ofrecemos disculpas y le regresamos lo que era suyo y que no debió ser.
Miguel Ángel Puértolas
