La libertad de expresión es un derecho que se debe defender a toda costa, pero no debe convertirse en un libertinaje en el que usando un poderoso medio como las redes sociales se convoque al desorden, o se lancen acusaciones a diestra y siniestra afectando a los aludidos.
Creo que la libertad de expresión debe de darse en un marco del ejercicio del derecho evocando la máxima pronunciada por Benito Juárez: “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Me parece que como individuos necesitamos controles que nos protejan a unos, de otros, del libertinaje que puede ejercerse en las redes.
El presidente estadounidense Donald Trump confundió la libertad con el libertinaje, hecho imperdonable para un mandatario que tiene entre sus responsabilidades vigilar que el estado de derecho no sea violentado y cuyo comportamiento no solo eliminó de sus funciones esta obligación sino que además se convirtió en un agitador, dinamitando el cierre de una administración mal vista por millones de personas no solo en su país sino también en el mundo.
Al momento de ejercer el derecho a la libertad de expresión, debemos tener claro que toda acción humana está regida por reglas, algunas tácitas y otras implícitas en los valores éticos no quiero decir con esto que deba privilegiarse la censura, sino al contrario debe garantizarse este derecho para todos los ciudadanos, con la responsabilidad que conlleva el acto en sí mismo.
No puede ni debe restringirse el derecho de expresión mediante el abuso de controles oficiales o particulares, pero tampoco puede permitirse por ejemplo que un líder de opinión convoque al desorden, acuse, ofenda o señale en un medio público a nadie sin que esto tenga consecuencias.
Así lo resume la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores expresamente fijadas por la ley”.
Sí a la libertad de expresión, nunca al libertinaje.